Verano 2014 - Travesía por el Sureste de Mallorca
Este verano, para nuestra semana de
charter vacacional hemos escogido la isla de Mallorca.
Mi plan original era dar la vuelta
completa a la isla, pero iba a suponer una pequeña paliza de unas
170 millas, y aunque vamos con otros dos patrones, Patricia y
Fernando, también forman parte de la tripulación dos marineros
noveles, Marini y Guillermo. Además, durante las cañas previas a la
cita náutica todos han expresado su deseo de hacer un plan relajado.
Por desgracia, nuestra sexta
tripulanta, Esther, ha sufrido baja de última hora, ya que nuestra
gatita Pizca se ha puesto mala unos días antes del viaje y se ha
tenido que quedar en Madrid cuidándola.
Nuestro plan finalmente es visitar las
calas del sureste de Mallorca, llegando como mucho hasta Porto Colom.
La única “condición de contorno” es que el miércoles noche
tenemos reservada y pagada la boya en Cabrera. En estas fechas ya era el
único día que quedaban boyas libres cuando efectué la reserva la
semana previa.
Aquí os dejo un mapa con los lugares
que finalmente hemos visitado:
Mallorca 2014: Palmanova, Colonia St Jordi, Es Cargol, Cala Santanyi, Cala D'Or, Cala Sa Nau, Porto Petro, Cabrera, Santa Ponsa, Illetes, Palma
1º día – Sábado, 2 agosto –
Puerto de Palma y Palmanova
Sobre las 12:00 del mediodía, una vez
completado el papeleo y pago de extras y fianza, llegamos al
pantalán de la empresa de charter, ubicado en la entrada del Real
Club Náutico de Palma.
Nuestra semana de barco coincide con la
33ª edición de la Copa del Rey, y justo da la casualidad de que
los impresionantes barcos de la regata están amarrados en el mismo
pantalán donde se ubica nuestro modesto velerito, un Benetaeu
Oceanis 34.3 Clipper del año 2005, de nombre “Iris”. Como
además nuestro barco está atracado al final del larguísimo
pantalán, nos toca atravesar toda la hilera de los super bólidos del
mar, con sus gigantescos palos y grandes bañeras diáfanas. Los
regatistas están preparando sus barcos para el evento que comienza
este mismo día y la actividad en el puerto es frenética.
Pantalán de Regatas, RCN de Palma
Nuestra “cafeterilla” de casi 11
metros resulta pequeña en comparación con sus vecinos
regateros, y ya me empiezo a alegrar de no dar la vuelta completa a
la isla. Además el parte para la semana es de anticiclón total y
tiene pinta de que salvo el térmico a mediodía, nos tocará
tirar de motor todo el rato.
El clarísimo "Anticiclón de Mallorca" (previsión del viento del eltiempo.es)
Para el check-in contamos con la
presencia de unos invitados de lujo, Harry y Nella, mis pequeños
pero intrépidos sobrinos perrunos de Mallorca, que pasan a
saludarnos, y de paso nos ayudan a revisar todo el barco.
Check in "perruno"
Se aprecia que el Oceanis 34.3 clipper
(año 2005) está muy bien diseñado para la vida a bordo, muy buen
espacio de camarotes a pesar de su eslora, amplios sofás en el
salón, sacrificando a cambio el espacio de asiento en la mesa de
mapas (totalmente innecesario por otro lado). La cocina correcta con un
botellero en un lado y armarios de estiba suficientes. En cubierta, la
bitácora con plotter, mesa totalmente plegable y rueda de timón que
se puede girar hacia una banda. El único pero de este barco es la
mayor enrollable, que personalmente no me gusta nada para navegar.
Carmen, la chica de la empresa de
charter que hace el check-in, nos indica, respecto a la baterías del
barco, que es preferible no apagar la nevera ya que al final se
consume más si apagas y enciendas todas las noches y que por otro
lado cada 24 horas debemos cargar las baterías con el motor durante
4-5 horas.
Mi idea original para hoy era zarpar
después de comer y dar un buen salto, salir de la bahía de Palma y
pasar noche en la Colonia de San Jordi, al sureste, y ya cerca del cabo
Salinas. Pero el parte anuncia mar de fondo del suroeste de un metro,
y aparte de que la Colonia está abierta al suroeste, la travesía
hasta la misma con la ola atravesada nos iba a marear a todos.
Conclusión, esta noche nos quedaremos
dentro la bahía de Palma en algún sitio al resguardo del mar del
suroeste. Se me ocurren solamente dos: Portal Vells, ya casi en la
punta de Cala Figuera, preciosa cala donde hemos ido innumerables
veces a pasar el día, y la playa de Palmanova, fondeadero muy bueno,
al resguardo de sur y suroeste por la punta Porrasa. Finalmente nos
decantamos por Palmanova, más cerca del puerto de Palma, a menos de
10 millas, ya que en este época del año Portal Vells seguro que iba
a estar hasta arriba de barcos.
Sobre las 17:00 HRB (hora del reloj de
bitácora), después de estibar todo y comer una ensalada y bocadillo
de jamón largamos amarras.
Como siempre planifico bien la maniobra de salida: sopla viento lateral de casi 10 nudos, así que le pido a Fer que amolle la amarra de barlovento, mientras Patri larga el muerto en proa. Hasta ahí bien, pero cuando le pido a Patri que largue el muerto y a Fer que amolle, la respuesta de éste último es que mejor no porque justo ahora está pasando por delante nuestra un barco de regatas del al menos 15 metros... vayaaa!!! estoy tan confiado con mis propias amarras que no tengo en cuenta el tremendo tráfico que hay en puerto. Patri ha largado el muerto según le dije así que mientras esperamos al paso del velero, nuestra proa empieza a caer a sotavento y nos toca hacer la clásica salida de ir separando con las manos... sin consecuencias, pero algo chapucera..
Como siempre planifico bien la maniobra de salida: sopla viento lateral de casi 10 nudos, así que le pido a Fer que amolle la amarra de barlovento, mientras Patri larga el muerto en proa. Hasta ahí bien, pero cuando le pido a Patri que largue el muerto y a Fer que amolle, la respuesta de éste último es que mejor no porque justo ahora está pasando por delante nuestra un barco de regatas del al menos 15 metros... vayaaa!!! estoy tan confiado con mis propias amarras que no tengo en cuenta el tremendo tráfico que hay en puerto. Patri ha largado el muerto según le dije así que mientras esperamos al paso del velero, nuestra proa empieza a caer a sotavento y nos toca hacer la clásica salida de ir separando con las manos... sin consecuencias, pero algo chapucera..
El trayecto hasta Palmanova lo hacemos
medio a vela, medio a motor. Tenemos unos 10 nudos de aparente, pero
entra casi de morros. Pasamos un rato dando bordos, y así la tripu
se va familiarizando con el manejo de las velas y las viradas. Por
avanzar, finalmente encendemos el motor. Sobre las 19:30 llegamos al
gran fondeadero de Palmanova. El lado sur, más resguardado por la
punta Porrasa está a reventar de barcos, aunque más al norte hay
hueco de sobra y tampoco parece que sea mal sitio para echar el
ancla. En cualquier caso nos tiramos más de media hora buscando
nuestro hueco ideal, porque hay por todas partes numerosas praderas
de Posidonía, sobre todo en los huecos donde no hay otros barcos.
Finalmente lo conseguimos, un sitio a media altura de la playa donde
podemos largar el ancla sin dañar la valiosa planta del
mediterráneo.
2º día: Domingo, La Rapita y
Colonia de Sant Jordi
La ola de suroeste todavía durará hoy
pero ya mucho más atenuada, de medio metro y bajando, así que
considero que ya podemos retomar nuestra planeada ruta hacia el
sureste de la isla. Tras un poco de deporte matutino de remo y
natación, seguido de un rico desayuno, el Iris leva anclas rumbo
hacia las playas de Es Trenc y la Colonia de Sant Jordi. El plan es
parar para comer en la Cala Pi, justo pasado el cabo Blanco, aunque
tengo serias dudas de que haya hueco en esta bella pero estrecha
cala.
Emprendemos rumbo sureste, a motor, ya
que el poco viento que hay encima nos entra de proa. El mar de fondo
de suroeste de medio metro que nos entra por el través es por suerte
bastante llevadero así que vamos relajados escuchando música. Con
un régimen de 2.000 vueltas, vamos a poco más de 5 nudos, un buen
ritmo y con mínimo consumo.
Cruzamos la bahía de Palma
completamente, primero el Cap Enderocat, luego Regana, finalmente
Cabo Blanco.
Sobre las 15:00, tras unas 4 horas de travesía llegamos por fin a la Cala Pi, cuya entrada se identifica fácilmente entre los acantilados por una torre conspicua en el lado oriental de la misma.
El Cabo Blanco, salida sureste de la bahía de Palma
Sobre las 15:00, tras unas 4 horas de travesía llegamos por fin a la Cala Pi, cuya entrada se identifica fácilmente entre los acantilados por una torre conspicua en el lado oriental de la misma.
La torre "conspicua" de la Cala Pi
Efectivamente, según nos temíamos, la
cala está hasta los topes, y nos toca retomar el rumbo, ya hasta la
bahía que comprende la Rapita, Es Trenc y la Colonia. Menos mal que
a mediodía nos hemos tomado un piscolabis porque hoy tocará comer a
las tantas.
Una hora más tarde llegamos a la playa
de La Rapita. A bastante poca profundidad, a casi 3,5 metros echamos
el ancla y nos damos nuestro primer baño en las turquesas aguas de
esta magnifica playa.
Pero con la ola del suroeste aun dando la lata, nuestro fondeo es bastante incómodo. A lo lejos, al este de la bahía, ya en la Colonia, vemos que hay múltiples veleros, algo más resguardados por las islitas que hay al sur de la bahía. Así que mientras se calienta el horno para las pizzas, para allá que nos vamos. En la Colonia hacemos un segundo fondeo, que ya será definitivo para la noche. En esta zona hay algo de roquitas y por si acaso fuese necesario y, como hay poco sonda, practico poner un orinque al ancla, buceando con un cabo con mosquetón y una defensa que uso de flotador.
Fondeo con olas en las aguas turquesas de la playa de Sa Rapita
Pero con la ola del suroeste aun dando la lata, nuestro fondeo es bastante incómodo. A lo lejos, al este de la bahía, ya en la Colonia, vemos que hay múltiples veleros, algo más resguardados por las islitas que hay al sur de la bahía. Así que mientras se calienta el horno para las pizzas, para allá que nos vamos. En la Colonia hacemos un segundo fondeo, que ya será definitivo para la noche. En esta zona hay algo de roquitas y por si acaso fuese necesario y, como hay poco sonda, practico poner un orinque al ancla, buceando con un cabo con mosquetón y una defensa que uso de flotador.
Después de comer nos bajamos con
nuestra estupenda dingui a la playita a tomarnos un mojito y a
observar la bonita puesto de sol desde este lugar. Por cierto que nuestra lanchita es grande, cabemos bien los 5 y el motor fueraborda, de
gasolina, funciona a las mil maravillas.
3º día – Lunes, Es Cargol, Cala
Santanyi, Cala D'or
Tras dos noches fondeados, hoy le he
prometido a la tripu entrar en puerto, con duchas de verdad, y así
de paso cargamos baterías y agua. Las opciones en la cara sureste
de Mallorca, son Porto Petro, Cala D'or y algo más al norte Porto
Colom. Cala D'or con sus yatazos de lujo me resulta un poco demasiado
turístico y mi primera opción es Porto Petro, ya que Porto Colom
también tiene posibilidad de boyas y lo había pensado para la noche siguiente.
Pero a pesar de llamar a primera hora a
Porto Petro, no les queda ni un amarre, así que finalmente hacemos
la reserva en la marina de Cala D'or.
La primera parada del día es la bonita
playa de Es Cargol, a tan sólo una milla del cabo Salinas. Tras unos
gozosos baños y excursión por esta casi desierta playita, de
difícil acceso para la avalancha de veraneantes que impera en el
resto de sitios, nos dirigimos a la siguiente cala donde haremos la parada larga para comer, la Cala Llombards.
El paso por las azules y claras aguas
de la punta Salinas es siempre espectacular. A la hora de comer,
llegamos a la Cala Llombards, pero cómo no, está hasta la bandera.
Por suerte a apenas 200 metros al norte hay otra cala, la Cala Santanyi,
que aunque es estrecha, en su entrada dispone de un hueco perfecto
para echar el ancla.
La bonita Cala Santanyi
Tras la siesta y unos baños nos vamos
hasta Cala D'or, a menos de 5 millas al norte. El atraque en el
pantalán Lima de la Marina (Cala) D'or (“... que guay” ;)
transcurre sin problemas. Un yatazo a la entrada tapa las vistas
del pantalán y por tanto no se ve como es el amarre, si habrá más barcos o si
habrá hueco para dar la vuelta, etc. Así que por si acaso entro en
el espacio de popa. Me doy cuenta, al dar atrás y maniobrar de popa
que el paso de hélice del Iris tira la popa a babor muchísimo así
que lo tendré en cuenta en las ciabogas y maniobras en puerto en
sucesivas ocasiones.
Finalmente al aproximarnos de popa vemos que
hay hueco de sobra y que nos asignan una plaza con otro barco a
sotavento y sin barcos a barlovento, así que el atraque consiste en
aproximarse lentamente con espacio de sobra y esperar a que el viento
nos derive hasta el punto de amarre.
Esquema del atraque en Cala D'Or
La marina Cala D'or está muy bien y
tan sólo nos cobran 71 euros por el amarre. Una vez más, gracias al Tripadvisor,
localizamos un fabuloso restaurante de pescado en el centro del
pueblo.
Tras la rica cena y una copita de fin
de fiesta caemos muertos en nuestros camastros, a pesar del ruido y
el calor horrible que hace en el puerto.
4º día – martes, Cala Mitjana, Cala
Sa Nau, Porto Petro
Madrugamos para que nos de tiempo a
rellenar los depósitos, baldear un poco, y hacer una compra de re-avituallamiento
antes de que el calor del día empiece a ser insoportable. Antes de
las 11:00 ya estamos saliendo del puerto, rumbo a las cercanas calas
al norte.
Entramos en la cala Mitjana, también
conocida como Cala Fierro, por encontrarse en este precioso lugar la
finca de la conocida familia. La cala es estrecha y hay que fondear
con un cabo a las rocas. Justo queda un hueco libre para realizar
esta maniobra, al lado del barco de un italiano "rastafari".
Vemos que en la cala hay algunas
medusas así que habrá que tener cuidado al saltar al agua a poner
el cabo en la roca. Patricia se ofrece voluntaria a la arriesgada
tarea. Pero cuando por fin me coloco perpendicular a las rocas, y doy
la orden de largar el ancla, Marini me responde que hay buzos debajo
del barco.. ¿cómo que buzos?? ¿con botellas? !!!!!! Pues sí,
buzos!!.. poco más y les tiramos el ancla en la cabeza!!! Abortamos
de inmediato la maniobra. Mientras pensamos que hacer, el colega
italiano interpreta que el problema es que no sabemos bien como hacer
la maniobra y con buena aunque molesta voluntad nos empieza a gritar “Primo el ancora,
dopo el cabo..”... en fin entre el susto y lo de las medusas
decidimos que es mejor abortar la misión por completo e irnos a otro
sitio.
La siguiente cala al norte es la Cala
Sa Nau, también preciosa y muy bien resguardada de todos los
vientos. Nuevamente los barcos aquí fondean con un cabo a las rocas.
La cala a pesar de ser aún temprano está llena. Solamente vemos un
hueco para fondear con amarra en popa, entre un catamarán que quedará
a babor y unos bajos de rocas salientes a estribor y que dan un poco
de yuyu.
Aunque el viento entrará de proa en la
posición de fondeo, como me dan bastante respeto las rocas de
estribor, decido enviar a Patricia con la dingui a poner primero el
cabo en las rocas previo a colocarnos, por si el viento rola y me
abate hacia los bajíos. Como la tarea de llegar hasta la roca con la
lanchita y poner la larga amarra doble es complicado para una sola
persona, Fernando salta al agua en ayuda de Patricia. Mientras tanto
nos vamos colocando en posición y le pido a Guillermo que tire al
ancla. Por precaución tiramos el ancla bastante más cerca del
catamarán que de las rocas, y como resultado nuestro popa se queda a
apenas dos metros de la proa del cata. Pero con el cabo ya aferrado
por un extremo a la roca y a la popa del barco por el otro, regulamos
distancias y nos quedamos perfectamente amarrados, sin riesgos de
colisión a ambos lados de nuestro velerito.
Esquema del fondeo con ancla al lado del cata
El Iris, fondeo con cabo entre los bajos de rocas y un catamarán
Pasamos el día completo de relax en
esta cala que es sin duda una de las más bonitas de toda Mallorca. A
estas alturas del viaje nuestros cerebros ya están en modo
vacacional total y mientras nos tomamos unos gin tonics, nuestra máxima
preocupación es el imaginario ataque de un “grosses Tintenfisch
mit Brille” (calamar gigante con gafa-pasta) …, chorrada suma del
viaje que se ha ido cocinando estos días y que es mejor no
explicar..
La abarrotada Cala Sa Nau
Sobre las 18:30 nos vamos rumbo a Porto
Petro, donde por fin hemos conseguido reservar una boya para la
noche.
Una vez atados a la boya, y tras la
rutinaria ducha “pirata” (con la manguera del espejo de popa),
bajamos con nuestro querido chinchorro para una vez más disfrutar de
una deliciosa cena en puerto.
5º día – miércoles, Cabrera!
Antes del desayuno he estado haciendo
cálculos del consumo de gasoil hasta el momento, y de lo que nos
queda. Como tenemos poca expectativa de navegar a vela en lo que
queda de esta “anticiclonica” semana, hay que sumar, a lo que
llevamos de viaje, el cruce a Cabrera, el posterior salto a Santa
Ponsa (donde hemos quedado con mi hermana y los chuchos), y luego la
vuelta a Palma.
En total estimo que haremos unas 30
horas de motor en el peor de los casos, y reviso que el tanque del
Iris tan sólo tiene 75 litros. Con el régimen que llevamos de 2.000
rpm que seguramente implica 2 litros/hora, llegaremos a un consumo de
60 litros. Pero el “seguramente 2litros/hora” es bastante
incierto, y si finalmente fuesen 3litros/hora, nos quedaríamos
tirados a mitad de viaje!
Así que por no ir con la preocupación,
nos acercamos después del desayuno a la gasolinera de Cala D'or, que
total, está al lado de Porto Petro. Finalmente repostamos 20 litros,
y como llevábamos unas 12 horas de motor implica que hemos gastado
incluso menos de los 2L/H.
Cuatro horas más tarde, sobre las
14:00 HRB estamos ya casi arribando a la isla de Cabrera. Hasta el
cabo Salinas hemos tenido que ir a motor, pero pasado éste hemos
podido disfrutar de un buen rato del térmico y la última hora hemos
navegado de ceñida con un viento del sur de casi 15 nudos.
Un amigo de Patri nos ha recomendado
circunnavegar la bella isla, y así lo hacemos, en sentido
antihorario. Como se tarda unas dos horas en bordear, y por no comer
a las tantas, hacemos una comida de pan con embutido durante la
marcha. De nuevo toca darle al motor ya que cerca de la isla vuelve a
caer el viento.
Realmente merece la pena bordear la
Cabrera, sobre todo por su cara oeste, con sus altos acantilados y rocas
en forma de dragones, tortugas o lo que a cada cual le dicte su
imaginación.
La última parada en Cabrera, antes de
entrar en la ensenada donde pasaremos la noche, es la Cova Blava, o
cueva azul en castellano. Para visitarla, los barcos se quedan al
pairo a unos 100 metros de la cueva, y los visitantes tienes que ir a
nado o con la dingui. Así lo hacemos, primero bajamos Marini, Patri
y yo, ellas a nado y yo remando. Se llama cueva azul, porque el
reflejo de los rayos de sol sobre el agua en este lugar le da un
intenso color azul, precioso.
Sobre las 18:00 llegamos por fin a
nuestra boya blanca, al fondo de la ensenada de Cabrera. Como vamos
con inercia, nada más parar el barco ya estamos montando el motor
fueraborda y preparando la excursión a tierra para subir al
castillo.
El castillo de Cabrera
Una hora más tarde estamos en lo alto
del castello.. las vistas son preciosas desde aquí. El sol aún está
bastante arriba, y nos damos cuenta de que podríamos haber esperado
un poco y subir mejor al atardecer para ver la puesto de sol desde lo
alto de la montaña...
Panorámica de la ensenada desde lo alto de la torre
Aun quedan dos horas para el ocaso así
que decidimos tomarnos unos granizados de limón en la cantina del
pequeño puerto y de paso comprar hielos para los posteriores gin tonics en el
barco.
Cabrera es un sitio ideal para observar
las estrellas de noche, aunque por desgracia estos días la luna
está casi llena e ilumina el cielo fuertemente. Por otro lado, los
mosquitos en estos lares son voraces, y a pesar de que nos rociamos con
el spray anti-mosquitos, éstos parecen inmunes y nos atacan por doquier.. así que después
de cenar y tras una última copita nos vamos rápido a la cama.
6º día – jueves , Santa Ponsa
Hoy tocaba madrugar: hasta Santa Ponsa
tenemos 35 millas, aproximadamente 6 horas de travesía. Mi hermana
ha encargado una paella en el restaurante en la playa para las 15:30,
así que tenemos un horario que cumplir!
A las 8:00 HRB, tras un breve baño
matutino y llenar una cafetera, soltamos la amarra de proa. El plan
es desayunar mientras hacemos camino.
Con puntualidad alemana, a las 14:00
llegamos al fondeadero de Santa Ponsa. Hemos tenido que hacer todo el
trayecto a motor, aprovechando eso si un flojo viento del través con
mayor y génova.
Fondeamos lo más cerca posible del
chiringuito donde vamos a comer, y antes de bajar a la playa ya dejo
el barco preparado para pasar noche, con el rutinario cabo de boza al
ancla y la botavara retenida.
Después de comer, Guillermo pasa por
Urgencias porque había amanecido hoy con la cara y las manos
hinchadas. Según le dicen en el hospital, es una reacción alérgica
a la picadura de los temidos “mosquitos tigre” de Cabrera!!
Pasamos la tarde a bordo con nuestros
invitados: Ana y Fernando, con Harry y Nella, que se bañan
por primera vez en “alta mar”...
Baño de mar de toda la familia
7º día - viernes, Illetes y Palma
Último día! El plan para hoy es
entrar en la bahía de Palma y acercarnos a ver la regata de la Copa
del Rey que empieza a partir de las 13:00. Después comeremos en
Illetes y a las 17:00 tenemos que estar puntuales en el puerto de
Palma.
Antes de zarpar, Marini y un servidor
remamos hasta la playa a comprar unos sacos de hielos, porque, desde
ayer, la nevera del barco está estropeada y ya no enfría nada de
nada. No sabemos que le pasa y hemos quedado con la empresa de
charter que ya lo revisarán en puerto esta tarde. Por suerte apenas
nos quedan provisiones, pero para enfríar las cervezas y el agua apañamos una nevera de “respeto” con el balde de incendios y los
hielitos..
Al salir de la bahía de Santa Ponsa,
vemos que hay buen viento para navegar, entre 12 y 16 nudos, aunque, en el rumbo hacia la entrada de la bahía de
Palma, por el cabo de la Cala Figuera, sopla de proa. Así que vamos
dando bordos de ceñida, a buen ritmo durante un par de horas.
Finalmente, ya en la punta de la Cala Figuera encendemos motor,
porque ya es pasado el mediodía y desde donde estamos aún ni vemos los
barcos de la regata..
Ya dentro de la bahía, con
prismáticos, empezamos a ver los mega-veleros, pero el campo de
regatas está en la otra punta de la bahía, por Cala Blava.. es
decir superlejos, y encima a barlovento de nuestra posición. A tope
de vueltas de motor y con velas, aceleramos rumbo a la regata.
Finalmente a cierta distancia prudencial decidimos pararnos.
Aprovecho para practicar la maniobra de
acuartelarse o parada de seguridad. Con ambas velas cazadas para
ceñida, sin tocar escotas voy aproando el barco hasta tener mínima
velocidad. En ese momento, timón hacia virada y cuando el foque se
ha acuartelado y el barco empieza a virar a sotavento hay que cambiar
la rueda hacia el lado contrario, a barlovento y dejarla fija en esa
banda. El barco se queda quieto, flotando como una boya, con el
equilibrio del foque tirando a sotavento, y el timón y la mayor
contrarrestando hacia barlovento.
Con prismáticos se observan muy bien
los bólidos del mar, aunque como compiten varias clases de manera
simultanea, es un lío entender nada, unos bajan con espi y otros van
subiendo ciñiendo a rabiar. Después de un rato, y como se ha hecho
tarde nos vamos a la cala de Illetes a darnos nuestro último baño
de la semana.
Illetes, como siempre, y más en estas
fechas, está abarrotada, pero como es una parada rápida para comer, echamos el ancla en el primer hueco disponible entre el enjambre de
veleros y yates.
Solamente una hora más tarde, sobre
las 16:00, toca levar anclas. Creo que he sido algo optimista con los
horarios, porque a las 17:00 hay que devolver el barco y aun nos
queda parar en la gasolinera a repostar.
Los del charter nos han advertido de
que en la gasolinera de Palma suele haber cola por ser el último
día, por lo que decido ir a repostar a Calanova, que nos pilla de
camino y donde seguro que no hay nadie. Por si acaso llamamos por
teléfono para quedar con el marinero del puerto.
El pequeño muelle de la gasolinera en
Calanova esta justo en la salida de la bocana del puerto en su cara
interior. El viento entra perpendicular al muelle con cierta
intensidad, unos 10-12 nudos. La entrada en el muelle, maniobrando
para acostar el lado de babor, es fácil. Además la caída de popa a
babor con hélice atrás ayuda a colocar el barco.
El problema es la salida. Tras el
repostaje (esta vez han sido 30 litros), el marinero sugiere
empujarnos para separar el barco. Pero no lo veo. Con tanto viento
lateral va a ser complicado separar el barco y sobre todo me dan
miedo las rocas que hay justo a continuación del muelle a pocos
metros de nuestra proa. A popa tampoco hay espacio porque se han
amarrado al codo del muelle unas motoras grandes.
Salida del muelle de la gasolinera de Calanova
Considero que en este caso lo correcto es abrir la
popa dando avante con un esprin de proa. Fernando ubicado en proa ya
tiene en mano el esprin que había puesto el marinero al entrar. Habrá que abrir la popa bastante
puesto que la hélice de este barco tira mucho la popa a babor una
vez dé máquina atrás.
Pido a la tripu que ponga alguna
defensa más en la amura de babor, y tras soltar el largo de popa
doy lentamente avante con rueda a babor. La popa se va abriendo
gradualmente pero da la mala suerte de que justo nuestro sobresaliente
púlpito de proa está a la misma altura que un pequeño murete que
se eleva al final del muelle, y claro al aconchar la proa contra el
muelle, éstos empiezan a chocarse. Fer hace lo que puede para
separarlos pero la situación me obliga a largar el esprin antes de
haber abierto la popa lo suficiente. En consecuencia, al dar atrás
nuevamente toca empujar un poco con las manos y bichero para separarnos de las
motoras de popa. A pesar de eso, la complicada maniobra sale más a
menos aceptable.
Media hora más tarde estamos entrando por la bocana del enorme Puerto de Palma.
Todavía nos espera un último susto previo a atracar en el pantalán de la empresa de charter. El bimini del barco es muy bajo y resta visibilidad y aunque había decidido no quitarlo, a última hora me arrepiento y pido a la tripu ayuda para recogerlo rápidamente. Como para plegar este toldo hay que abrir primero la botavara suelto la escota un momento. Mientras plegamos el bimini, la botavara se balancea de un lado a otro y justo cuando me dispongo a cazarla le da un buen golpe en la cabeza a Patricia que estaba situada en una banda. Por suerte, aunque se hará un buen chichón no parece grave, pero menudo susto nos damos.. y sobre todo ella..
Vaya fallo!! El error es hacer una maniobra tan arriesgada como soltar la botavara, yendo en en marcha y con prisas ...
Barco transportador de barcos! (Pto de Palma)
Todavía nos espera un último susto previo a atracar en el pantalán de la empresa de charter. El bimini del barco es muy bajo y resta visibilidad y aunque había decidido no quitarlo, a última hora me arrepiento y pido a la tripu ayuda para recogerlo rápidamente. Como para plegar este toldo hay que abrir primero la botavara suelto la escota un momento. Mientras plegamos el bimini, la botavara se balancea de un lado a otro y justo cuando me dispongo a cazarla le da un buen golpe en la cabeza a Patricia que estaba situada en una banda. Por suerte, aunque se hará un buen chichón no parece grave, pero menudo susto nos damos.. y sobre todo ella..
Vaya fallo!! El error es hacer una maniobra tan arriesgada como soltar la botavara, yendo en en marcha y con prisas ...
Hacemos el atraque con viento de popa
considerable. Lo importante en este caso es no pararse y meter la
popa con arrancada. En caso contrario, si el barco se para y hay que
recuperar marcha, al dar atrás la popa se desviará con el efecto de
la hélice .. y más aún en este barco.
Ha llegado el final de nuestra excursión náutica. A todos nos quedan aun vacaciones en las
siguientes semanas, pero ya de secano.. Contentos de la aventura y de
no haber sido finalmente víctimas del calamar gafapasta, recogemos
los bartulos y nos despedimos.
Muchas gracias a la tripu del Iris. Hasta pronto!!!
Madrid, Agosto 2014