Semana Náutica por
Menorca, 9 - 16 Sept 2012
Esta vez nos
hemos juntado los miembros del equipo de regatas del Náutico de San
Juan para dar una vuelta por Menorca. El plan es navegar a vela el
mayor tiempo posible, sin prisas, y descubrir las fantásticas calas
de la isla balear más oriental.
Aquí os
"pinto" la ruta con los sitios que hemos visitado.
Ruta por Menorca: Mahón-Illa Colom-Cala de la Olla-Fornells-Cala Pregonda-Ciudadela-Macarella-Trebaluguer-Mahón-Cala en Porter-Cala Covas-Cala Galdana-Mahón
1er Día - Domingo - Llegada al barco y partida hacia la Illa Colom
A las 11:00 am
del domingo día 9 de Septiembre hemos quedado todos en el pantalán
7 de la Marina Menorca, al final finalísimo del puerto de Mahón. Yo
ese día me he dado el madrugón y he llegado desde Madrid en un
vuelo tempranero que aterriza en el aeropuerto de Menorca a las 9 am.
El resto de
la tripu, Carolina, Irma, Javier y Luis ya volaron el día previo,
aprovechando así para vivir los últimos resquicios de las fiestas
de la Virgen de Gracia de Mahón. Sólo falta Juan, que no podía
apuntarse todos los días y se enganchará el lunes por la noche a la
expedición.
En el pantalán
7 nos espera Antonio, a bordo del "Albatros II", un
precioso Dufour 375 (Gran Large), del 2011. El barco ya está casi
listo, los clientes previos han salido a las 9am este mismo día y
Antonio y su mujer lo han esta terminando de arreglar para dejarnos
el velero impoluto.
El "Albatros"
Los Dufour son
barcos con muy buena reputación, aunque no había entrado en
ninguno. Este modelo al menos es algo más panzudo y con más manga
que el clásico Oceanis, lo que le proporciona una habitabilidad
increíble, al menos en el salón. El espacio de nevera, cocina y
fregadero son muy amplios. Los fogones de la cocina de gas se tapan
con una cubierta abatible, ampliando así el espacio disponible y
mejorando mucho el aspecto interior. A cambio, los camarotes en popa
son algo más estrechos de lo habitual y en proa la cama no es doble,
ya que se deja un hueco adicional en el camarote, desde mi punto de
vista muy poco práctico. La mesa del comedor, al igual que en otros
barcos, se puede colocar con patas más bajas para convertirse en
cama doble.
Antonio nos
guía por el barco, enseñándonos la ubicación de los distintos
elementos de seguridad, grifos y demás. Revisamos el nivel de aceite
del motor ya que el barco ha entrado en puerto la noche anterior y no
ha habido tiempo de hacer una revisión mecánica básica. La sentina
debajo del motor tiene algo de suciedad, agua y aceite. Esto debería
estar perfectamente limpio, pero asumimos que es de la “tralla”
que ha llevado el barco en el verano y no le damos mayor importancia,
aunque acordamos estar atentos por si los niveles de la sentinas
fuesen a más..
El tema de la
compra, como en los últimos viajes, resulta comodísimo. Hicimos la
semana previa un súper pedido al Mercadona, optimizado ya por
experiencias y viajes previos, y revisado en detalle por la tripu -
sobre todo en el tema alcohol y chocolate - Como no podíamos dar la
dirección del pantalán, el pedido había llegado al apartamento de
alquiler de la noche previa y muy amablemente Antonio había pasado
a recogerlo con la furgoneta!
Por fin, una
vez estibados y bien arranchados todos los víveres y nuestras ropas,
y tras una frugal comida a base de pan, jamón y queso, largamos
amarras y da comienzo nuestra ansiada aventura náutica.
Como no hay
apenas viento en puerto y tampoco tenemos otros barcos en las
bandas, la maniobra de salida del puerto es muy fácil. Nuestro
destino primero para la noche será la Illa Colom, donde hemos
reservado una boya.
Durante los
días previos al viaje habíamos pensado un par de alternativas de
rutas, en función de si entraría la Tramontana o por contra soplaba
Sur. Según todos los pronósticos de última hora entrarán vientos
fuertes del norte de la Tramontana a partir del miércoles o jueves,
y previamente se esperan vientos moderados del sur y del este. Por
tanto optamos por el plan de ir los primeros días hacia el norte y
luego ya buscar refugio en las calas del sur el resto de la semana.
La Illa Colom
está a unos 10 millas al norte de la bocana de Mahón, en la cara
este de Menorca. Pero lo primero es salir del inmenso puerto de
Mahón, que más que una larga bahía es un auténtico fiordo, con
una longitud de casi 4 millas. Como nuestro amarre está al final del
fiordo, tardamos casi una hora, a motor, infringiendo por otro lado
la velocidad máxima permitida en puerto, de 3 nudos.
Puerto de Mahón - Vista desde la parte alta de la ciudad
Al superar la
bocana del puerto, podemos por fin izar las velas y apagar el molesto
motor. Tenemos unos estupendos 10 nuditos que nos vienen de aleta y
popa, perfectos para navegar, dando algo de bordos eso si, pero con
muy buen ritmo hasta la Illa Colom.
Luis se ha
traído al viaje un compás de demoras, así que pasamos el rato
calculando nuestra posición, latitud, longitud, en la carta, cual
marineros de antaño, … previo a que alguien inventase el GPS...
Pero como no tenemos muy claras las referencias en tierra para las
demoras, el resultado es más bien desastroso con errores de varios
minutos respecto a lo que marca nuestro plotter a bordo… habrá
pues que seguir practicando..
Finalmente,
poco antes del atardecer, aun con luz llegamos a la bella Illa
Colom. Las boyas se encuentran en la cara nor-oeste de la misma,
dando resguardo del mar y los vientos del sur; es decir, con las
condiciones imperantes se trata de un muy buen fondeadero.
Durante un
rato nos dedicamos a buscar infructuosamente nuestra boya reservada -
tenemos el papel impreso por si aca, la nuestra es la “B2” - pero
la mayoría tienen las letras borrosas o directamente no pone nada!
Como hay sitio de sobra y el "boyero" debe ser que en esta
fase tardía del verano ya no trabaja, finalmente nos decantamos por
tomar una boya cualquiera, en medio de la isla.
Ya nos había
anunciado Antonio que coger las boyas de Menorca es misión
imposible. Para evitar los frecuentes hurtos, han decidido quitar
los bollarines que sirven para sacar del agua el cabo hundido con
gaza por donde se pasa la amarra. Así que hay que pescar el cabo
hundido con el bichero.. lo intentamos un par de veces, pero aunque
la maniobra de parar el barco delante de la boya sale bastante bien,
con un bichero longitud estándar no hay dios que agarre el cabito
hundido. Solución: me bajo al agua con la dingui, los remos y un
bichero ( - en el barco tenemos tres bicheros ! - ) y remo hasta la
boya para pescar con el bichero el cabito hundido. Al pararse la proa
del barco delante de la dingui, me tiran un extremo de la amarra y ya
la paso por la gaza del cabo devolviendo el chicote nuevamente para
que lo amarren al barco. Así dejamos la amarra pasada por seno, y
con sus extremos en las cornamusas de cada banda, y con suficiente
holgura para que el cabo de la boya se vuelva a hundir.
En el sitio se
está de lujo, el bañito ducha es una gozada, incluso me doy una
vuelta con la lanchita para practicar un poco el remo antes de la
cena.
Prácticas de remo..
Atardecer en la Illa Colom
Día 2 - Lunes
- Rumbo a Fornells
Amanecer en Illa Colom
Después de un
potente desayuno y un poco de buceo cerca de la isla, zarpamos rumbo nuestro siguiente destino. Tenemos que pasar
noche en un sitio de fácil acceso desde tierra, puesto que por la
tarde se une Juan a la expedición. Mirando el último parte vemos
que llegará el temporal del norte el miércoles noche así que
decidimos acelerar nuestro paso por la cara norte de la isla, y por
eso planeamos llegar hoy hasta Fornells. A Juan le pilla algo lejos
del aeropuerto de Mahón, pero en taxi no deben ser más de 20
minutos y la carretera es buena.
Mientras
izamos las velas, al salir de la Illa, nos cruzamos con una bonita
queche blanca, de dos palos. Previamente habíamos hablado de cómo
distinguir una queche de una yola (o yawl). Según la wikipedia,
ambas tienen el palo de mesana muy a popa y menor que el palo mayor,
pero la yola se diferencia en que tiene la mesana más a popa que el
eje del timón. Siempre está bien aprender cosas nuevas...
Entre la Illa
Colom y Fornells no parece haber fondeaderos especialmente bonitos,
al menos que estén recomendados en la info que nos ha pasado el
amigo de Juan. Una vez que se dobla el cabo Favaritx, en la zona
nordeste de Menorca se encuentra el Puerto Addaya, pero por lo visto
su estrecha entrada es muy peligrosa si no se conoce bien, así que
este sitio queda rápidamente descartado. Tirando de nuestro
derrotero Imray, decidimos parar para comer en la Cala de la Olla,
protegida del viento del Este, que lleva soplando todo el día. Con
vientos razonables de 10-15 nudos navegamos hasta esta cala donde
practicamos nuestra primera maniobra de fondeo del viaje.
Aproximación al Cabo Favaritx
Para la
maniobra hay espacio de sobra aunque entra algo de viento desde la
cara este de la cala. Hay que echar bastante cadena pero al principio
no tenemos claro cuanto hemos largado. El barco garrea un poco.
Carolina lo nota viendo como vibra un poco la cadena en la roldana.
Buceando comprobamos que efectivamente el ancla no ha agarrado bien y
que es porque hay poca cadena, así que lo solucionamos echando unos
5 metros de cadena adicionales.
En cualquier
caso es sólo una parada rápida para comer. La Cala de la Olla no
tiene nada de especial, un par de hoteles y una playa amplia, en
definitiva un sitio típico de veraneo, agradable.
Tras la
comida, como estamos muy cerca de la Cala Fornells decidimos invertir
el tiempo en navegar un poco a vela. Ha subido el viento del Levante
hasta poco más de 15 nudos y nos alejamos de la costa un par de
millas hacia el norte, tomando rumbos entre el través y la ceñida.
Antes de que
nos pille la noche entramos finalmente en la Cala Fornells. La
entrada es muy estrecha y hay que pasar por el centro de la misma
para evitar los bajos en los extremos. Una vez dentro, nos dirigimos
a las boyas del lado del pueblo. Nuevamente hay muchas boyas y es
imposible localizar la de la reserva así que nos ponemos en una boya
blanca, presumiblemente apta para nuestra eslora y lo más cercana
posible al pueblo. Para la maniobra directamente repetimos la
operación de boya con la dingui del día anterior, pero esta vez
resulta algo más complicada puesto que hay algo de viento y deriva.
En Fornells,
el plato típico es la famosa caldereta de langosta y mi hermana que
conoce bien el lugar nos recomienda el sitio al que hay que ir, Es
Pla … , eso si el delicioso manjar sale a 70 euros por persona y
mi hermana nos recomienda que pidamos mejor la paella de marisco, muy
rica también y mucho más asequible.
Para el
desembarco con la dingui nos preparamos adecuadamente, evitando
mojarnos los traseros mediante un forro de pantalones bombachos
fabricado haciendo unos agujeros a una bolsa de basura. ¡Muy práctico a la par que
elegante!
En cualquier
caso hay que hacer dos viajes puesto que nuestro chiquitín apenas
tiene capacidad para llevar a cuatro personas. Al menos, el motor
fueraborda funciona a las mil maravillas.
Para cuando
hemos desembarcado, Juan ya ha aterrizado en San Climent y está
tomando un taxi para el restaurante de Fornells. Mientras, le
esperamos dando un paseín por el pueblo. En la cena damos la
bienvenida a Juan. Ya con el equipo al completo, optamos por pedir
dos raciones de caldereta, “rica rica cara cara”, y dos raciones
de paella de marisco. El camarero ha sido honesto y considera que
para cenar seis bien son suficientes cuatro raciones.
Tras el
festín, la vuelta al barco resulta un poco desastrosa, la bahía
enfrente del pueblo está repleta de barcos y hay que saber
orientarse en la cerrada noche y entre tanto velero.. el primer viaje
sale bien y localizamos el barco relativamente rápido, pero en el
segundo viaje, no se si por el efecto del vino, pierdo un poco la
orientación y nos tiramos casi diez minutos buscando nuestro
barquito.. No sé porqué me ha tocado a mi ser el que siempre pilota
la dingui..
3º día -
MARTES - Cala Pregonda y Puerto de Ciudadela
Por la mañana,
aparte de la actividad cotidiana de baño, buceo y/o remo, algunos
bajamos a tierra a reponer el suministro cervezas. Con el calor y el
buen rollo de las vacaciones las cerves tan fresquitas sientan de
miedo y no nos duran nada...
Al final ya
está claro que el miércoles noche entrará en Menorca un fuerte
temporal del norte, y que se despejará el viernes a mediodía. No
conociendo bien las calas del sur, y habiendo leído que son bajas (-
Menorca es plana - ) y por lo general pequeñas, no nos parece
demasiado prudente pernoctar en ninguna de ellas. Planeamos pues
darnos prisa y bordear completamente la isla, para ya arribar en en
el puerto de Mahón el mismo miércoles noche. Por tanto, para hoy
decidimos navegar hasta el puerto de Ciudadela. Esto supone renunciar
a la visita de algunas de las bonitas calas del norte que nos habían
recomendado, en concreto Port de Sa Nitja y Algaiarens. Eso si, para
comer elegimos la que tiene más fama, la Cala Pregonda.
Con vientos
moderados y siempre a vela doblamos el espectacular Cabo de
Caballería. Por prudencia decidimos no pasar por el estrechísimo
paso entre la Isla Nitge y dicho cabo.
A mediodía llegamos a la Cala Pregonda.
Paso entre el Cap de Cavalleria y la Isla Nitge
A mediodía llegamos a la Cala Pregonda.
Es un bello
fondeadero, muy protegido, cerrado por la Isla Pregonda. Entramos con
mucha precaución puesto que en la carta y derroteros indican una
roca cerca de la entrada a flor de agua que apenas se ve y que además
no está señalizada en el Plotter. Por otro lado en el mapa del
derrotero Imray aparece a la entrada de la cala un sospechoso “2
mts” como marca de profundidad, que casi nos desanima a entrar.
Pero es imposible que cale solo dos metros (no entraríamos!) porque
en todas las guías se habla de esta cala, incluso en este mismo
derrotero, y además vemos otros veleros ya dentro de la pequeña
bahía.
Una vez
dentro, comprobamos que el calado es efectivamente 4-5 metros. (En la
sonda marca 2 porque mide desde el bulbo de la orza.) Echamos el
ancla en el único hueco que queda disponible.
La cala es
preciosa, con dos playas de arena rojiza en tierra y otra más en el
islote Pregonda, al que vamos nadando.
En la playa principal hay bastante gente, a pesar de que es de difícil acceso. En concreto se vé mucha parejita joven, nada que ver con Ibiza...
Baño y excursión por el Islote
En la playa principal hay bastante gente, a pesar de que es de difícil acceso. En concreto se vé mucha parejita joven, nada que ver con Ibiza...
Hasta
Cuidadela hay que navegar más de 20 millas así que para evitar
llegar de noche salimos nada más terminar de comer; Luis se ha
ofrecido voluntario para pilotar la nave mientras los demás echamos
la siesta. Vamos a vela la mayor parte del tiempo, pero como el
viento va bajando, al final nos toca tirar de motor para ganar
tiempo. El viento ya ha empezado a rolar del norte y cuando doblamos
el cabo Nati nos entra de popa.
Sobre las
20:00 entramos, ya con muy poca luz, en el puerto de Cuidadela.
Llamamos por radio al Club Náutico de Ciudadela, y nos indican que
un marinero nos esperará en el primer pantalán para indicarnos un
sitio.
El pantalán del Club está al final del alargado puerto y es de nuevo construcción. Como muchos puertos nuevos las plazas son mediante fingers, sin muertos.
El puerto de Ciudadela @ night
El pantalán del Club está al final del alargado puerto y es de nuevo construcción. Como muchos puertos nuevos las plazas son mediante fingers, sin muertos.
Es la primera
vez que me toca hacer una maniobra de atraque con finger, pero hay
bastante hueco y no hay demasiado viento. En el fondo es lo mismo,
solamente que una vez fijada la amarra de barlovento de popa se pone
un esprín en proa hacia el finger. Este esprín provoca que el barco
se quede un poco con la proa inclinada hacia el finger, que se
soluciona fijando un esprín de popa.
La recompensa
del día es un agradable paseo por la empedradas calles de Ciudadela,
cena en una pizzeria muy rica, y de postre un copazo en una terraza
con increíbles vistas.
4º día –
miércoles – El sur de Menorca
Hoy nos espera
un día bastante completo. Tenemos que recorrer completamente la cara
sur de la isla, y entrar en Mahón antes de que anochezca del todo,
pero sobre todo antes de que entre el temporal del Norte. De
Ciudadela a Mahón son unas 35 millas náuticas. Queremos ver lo más
posible del Sur, que está repleto de calas preciosas con azules
turquesas según nos han contado, así que zarpamos lo antes posible,
tras el ya rutinario avituallamiento de víveres y cervezas.
Impera la
calma chicha y por desgracia nos toca ir a motor, pero no nos
quejamos puesto que es el primer día que no tenemos viento.
A mediodía llegamos a la Cala Macarella, donde solamente realizamos un rápido fondeo para ver este precioso lugar y tomar el aperitivo.
Doblando el Cabo Dartuch (esquina sur-oeste de Menorca)
A mediodía llegamos a la Cala Macarella, donde solamente realizamos un rápido fondeo para ver este precioso lugar y tomar el aperitivo.
En contraste con el rojizo y rocoso norte, las calas del sur son más parecidas a las de Mallorca e Ibiza, con aguas más claras, pinos y arenas blancas. En Macarella hay muchos barcos y mucha gente en las playas, la mayoría de los cuales llegan en los barcos de turistas que salen de Ciudadela.
La siguiente
cala al Este a la que nos dirigimos para comer es la Cala Mitjana.
Aunque no es demasiada pequeña, han puesto las boyas que delimitan
la zona de bañistas muy afuera y justo en el centro de la cala está
fondeada una lanchita. Como no hay casi viento, habrá mucho borneo y
no acabamos de ver clara la maniobra sin abordar la dichosa lanchita,
que ya se podría haber puesto algo menos centrada..
En
consecuencia decidimos irnos a probar suerte a la siguiente cala, a
menos de 1 milla, que es la Cala Trebaluguer, también en la lista de
las más recomendadas. En esta cala sufrimos un pequeño susto que
queda en anécdota: mientras Irma, al mando de la rueda, dispone a
aproarse en el hueco que hay libre, Javier da las indicaciones de la
sonda. A medida que el barco pierde velocidad Javier canta los
valores, “2 mts, 1 mts”, ¿¿ cómo?? “0 metros!!!”... El
fondo se ve claro y muy cerca, pero algo de profundidad sí que tiene
que haber!! A Luis y Carolina, que en ese momento están en la cocina
y que no ven lo que pasa fuera pero escuchan los “0 metros”, se
les para el corazón... aunque a los de fuera también nos entra el
canguelo. Por si acaso Irma acelera para salir de ahí y el indicador
ya vuelve a subir al moverse el barco .. Javier ya se da cuenta, se
había liado entre la sonda y la corredera (que están en el mismo
visor “multifunción”..)!
Echamos por
fin el ancla en el extremo oriental de la cala, al lado de unas rocas
donde el buceo es una gozada. Esta cala nos encanta, y es más
tranquila que las anteriores. Al menos hasta que llega el barco de
turistas, con tobogán incluido, y se amarra a una roca al lado de
nuestro velerito. En cualquier caso no tenemos demasiado tiempo y al
rato zarpamos rumbo a Mahón.
No nos dará
tiempo a parar más veces y a la espera de que suba el viento vamos a
motor gran parte del recorrido restante.
Doblamos hacia la cara este de Menorca pasando entre la Punta Prima y la Isla del Aire, con precaución, ya que el calado mínimo es de 6 metros y es la primera vez que pasamos por aquí.
Cara sur de Menorca - señal cardinal Sur indicando peligro al norte de la misma
Doblamos hacia la cara este de Menorca pasando entre la Punta Prima y la Isla del Aire, con precaución, ya que el calado mínimo es de 6 metros y es la primera vez que pasamos por aquí.
Finalmente
entramos en el “fiordo” de Mahón, pasadas las ocho de la tarde.
Atracamos el barco ya con noche cerrada y algo de viento lateral.
Parece que las previsiones se cumplen con precisión horaria y se va
notando como sube el viento y se llena todo el cielo de nubarrones.
El puerto está lleno de barcos, que al igual que nosotros han
entrado buscando refugio.
Hemos amarrado
en el único hueco libre del pantalán, que es el penúltimo antes
del muelle. Entre el muelle y nosotros hay un yate pequeño de unos 8
metros, con una familia muy simpática que, como están ya recogiendo
para marcharse, nos ceden sus últimos víveres.
Por la noche
salimos en busca de un restaurante y tras una larga vuelta acabamos
finalmente en uno que está cerca del puerto y que nos ha recomendado
de nuevo mi hermana. Se llama “El Mesón de Puerto”, y una vez
más cenamos fantásticamente. Gracias, hermana :-)
Después de la
cena comienza nuestro pequeño complot contra Carolina. Mañana,
jueves, osease, en unas horas, es su cumple y ella no sospecha para
nada que le hemos preparado una fiesta sorpresa. Nadie ha mencionado
nada del cumple y se supone que ni lo sabíamos.. Al acabar la cena,
algunos, con excusas de dolencias varias, se adelantan al barco, en
realidad para preparar la “party”. Cuando media hora más tarde
llegamos el resto, Carolina recibe la sorpresa con globos, confeti y
hasta una piñata!
5º día –
jueves – Cumpleaños en puerto
El jueves
completo lo pasamos de secano, con la resaca del fiestón de
cumpleaños de la noche previa, y a la espera de que amaine el
temporal. Pasamos gran parte del día comiendo y de sobremesa en un
restaurante en el otro extremo del puerto. Por la tarde despedimos a
Juan y Javier que, con mucha pena, terminan hoy su expedición y
regresan a Madrid. Los cuatro que nos quedamos decidimos cenar en el
barco y pasar la noche en plan tranqui jugando al mús.
La proa en
nuestro amarradero apunta al norte y desde está dirección nos
entran fuertes racha de viento, de hasta 20 nudos. Si tenemos esto
en puerto no nos queremos ni imaginar lo que debe estar soplando
afuera. Nuestro barquito, al igual que todos lo amarrados, se mueve
bastante en el atraque, haciendo trabajar constantemente las
amarras, hasta que finalmente decidimos poner largos cruzados en la
popas y un largo de proa hacia el muelle. Ahora ya, con tanta amarra,
el barco se queda prácticamente quieto en su sitio, lo que
contribuye a que durmamos como los angelitos.
6º día –
viernes – Olas de 4 metros y Cala en Porter
Hemos mirado
el parte tres o cuatro … mil veces en todas las páginas de Meteo
que conocemos. En todas coinciden que después de media tarde caerá
el viento, aunque, durante un día más, se mantendrán unas olas
grande del norte de 3 y 4 metros. En la cara sur de la isla ya no
habrá viento ni olas pero para llegar a ella debemos recorrer antes
las 5 millas que distan desde la bocana del Puerto de Mahón hasta la
Illa del Aire, dónde sí que nos entrarán de popa las temidas
olitas de 4 metros.
En cualquier
caso, estamos ansiosos por volver a nuestro natural elemento así que
después de comer preparamos el barco para navegación en condiciones
duras. Todo muy bien estibado y amarrado. Nos probamos los chalecos
salvavidas, de nuestras tallas, y los arneses. Además instalamos una
línea de vida, mediante un cabo largo y fino que recorre todo el
perímetro de la cubierta, pasándolo por todas las cornamusas, bien
tenso.
Por fin, a las
17:00 zarpamos rumbo a la segunda parte de nuestra aventura. Como a
estas horas aún tenemos en el punto de amarre vientos de 10-15 nudos
que entran racheados por las amuras, salimos con las amarras pasadas
por seno y amollando poco a poco, para avanzar lo más recto posible
y superar las rachas. Todo muy bien preparado y ejecutado.. salvo,
oh, sorpresa.. el cable de la luz!! Fallo de novatos! Con más de
media eslora fuera del sitio un niño desde el pantalán nos grita
que nos hemos dejado el cable y cuando ya estamos dando atrás para
abortar la maniobra, nos sueltan el cable que izamos a bordo,
logrando finalmente salir...
Más adelante,
analizando lo sucedido, siempre conviene, para evitar este fallo,
pasar el cable entre alguna de las amarras de popa al enchufarlo en
tierra. De hecho, así lo habíamos hecho hace dos noches al entrar
en puerto pero un marinero de un barco de al lado nos había cambiado
el cable de sitio porque necesitaba ese punto de luz por alguna
causa.
Mientras
recorremos el alargado puerto de Mahón preparamos los dos rizos de
la vela mayor y fijamos una retenida en la botavara, ya que en
principio navegaremos con el viento de aleta.
Al salir de la
bocana vemos efectivamente las olotas de 4 metros que llegan
amenazantes desde el norte. El viento marca entre 10 y 15 nudos,
también del norte. Al ponernos proa a las olas para sacar un poco de
vela nos entra el canguelo porque con esas olas, el meneo del
barquito y un aparente de más de 15 nudos la sensación es de
bastante peligro. Estamos a punto de volver a la bocana pero
finalmente decidimos no sacar la vela y seguir a motor con rumbo sur.
En este rumbo, directos hacia la Illa del Aire y con las olas de
popa, la sensación es más segura y hasta divertida. Hay que
intentar no tomar las olas con popa muy cerrada pero tampoco muy de
aleta para evitar que nos tire hacia el través. Por otro lado, el
mar nos empuja hacia la costa y tenemos que guardar algo de respeto.
Finalmente pasamos de nuevo entra la Punta Prima y la Isla del Aire,
dónde la cosa ya está mucho más calmada.
Ha sido un
buena decisión no sacar la mayor puesto que de popa nos hubiese
condicionado mucho el rumbo con gran peligro de trasluchada
involuntaria. Por otro lado podríamos haber desenrollado un poco el
génova para ganar en velocidad y puede que estabilidad pero esto no
se nos ocurre hasta después.
Ya en la cara
sur izamos las velas pero hay muy poco viento y navegamos muy
despacio. Nuestro destino planeado para la noche es la Cala en
Porter, dónde hemos leído que hay una espectacular discoteca en una
cueva de rocas natural. Pero al calcular las distancias se hace
evidente que hemos estimado mal el tiempo puesto que llegaremos a la
Cala prácticamente de noche, incluso yendo a toda máquina. Nos
planteamos pasar mejor la noche en la Calas Biniparratx o Binidali
que están mucho más cerca. Pero al asomarnos a estas calas nos
parecen extremadamente estrechas y muy abiertas al mar. Los mapas de
nuestros derroteros son un poco engañosos aunque hay que reconocer
que no me había fijado bien en la escala de los mismo.
Decidimos pues
recorrer las 5 millas que restan para la Cala en Porter. Mientras nos
preparamos para la navegación nocturna, disfrutamos de una
espectacular puesta de sol por nuestra proa. Al fondo se aprecia
perfectamente el perfil de la costa nordeste de Mallorca.
Con noche
cerrada, sobre las 21:00, entramos en la Cala n Porter. Siendo de
noche, agradecemos que sea una cala amplia, con una distancia de unos
200 metros entre los muros de los altos acantilados que la rodean.
Aunque no vemos el fondo, en la guía dice que es arena y que se
puede fondear en 4-6 metros.
No hay ningún
velero fondeado así que debería haber sitio de sobra. El problema
es que nos encontramos una larga hilera de boyas rojas que divide la
cala en dos mitades. Al acercarnos a las boyas, con nuestras
precarias linternas leemos en un cartel, sobre la primera de ellas,
que se trata de una línea de emisario y que está prohibido fondear.
¡Vaya! ¿ Y ahora qué hacemos ?.. Prohibido fondear.. pero ¿dónde?
¿Prohibido en toda la cala, a babor de la hilera, a estribor, o
justo encima de la línea donde están las boyas? En toda la cala no
puede ser porque en los libros e indicaciones que tenemos no pone
nada de nada. Aunque no hay veleros, sí hay algunos yatecitos y
motos de agua amarrados al fondo, cerca de la playa, en boyas en el
lado de estribor de la hilera, según se mira del mar. Como las boyas
del emisario son rojas, pensamos que igual la prohibición de fondeo
es a babor de las mismas.. En conclusión echamos el ancla en la
mitad de estribor (lado este de la cala), aunque es la más estrecha de ambas mitades.
El barco queda
fondeado entre la línea de emisario y las rocas y estimamos con
ayuda del GPS que la distancia a las rocas es de como mucho 50
metros, es decir si tenemos borneo desde el ancla nos podemos llegar
a quedar my cerquita de las rocas. Como ya habíamos hecho en los
otros fondeos, Luis toma, con su compás, alguna demora desde el
estay de proa. Varias horas después, aunque el barco ha borneado, la
demora se ha mantenido, lo cual nos tranquiliza porque esto quiere
decir que nos nos hemos movido nada y que además el borneo está
sucediendo alrededor de la cadena colgante y no alrededor del ancla.
Por cierto,
por si alguien se pregunta que es un emisario (...yo no lo sabía...)
es una tubería enterrada en el fondo del mar que asoma unas
cuantas millas desde la costa llevando residuos al mar, a modo de
alcantarilla.
En cualquier
caso, con la situación “algo” delicada, queda totalmente
descartado el plan que teníamos de subir a la discoteca de la cueva,
que se llama por cierto Cova d' Xoroi y cuyas luces vimos imponentes en lo alto
del extremo oriental de la Cala, al pasar antes.
Como
precaución adicional, antes de irnos a dormir, activamos la alarma de
garreo del Plotter y en cualquier caso acordamos levantarnos cada dos
horas para comprobar la demora y ver si nos hemos acercado más a las
rocas.
La Cala en
Porter está abierta al Sur, pero el fondeo de noche en este sitio es
muy incómodo. Incluso con vientos del norte o del este, como es el
caso, entra una permanente marea del sur con unas molestas olas que balancean
mucho el barco, sobre todo cuando éste se atraviesa a los olas
durante el borneo. Pasamos una noche bastante mala. Yo decido salir a
dormir con el saco a la bañera, ya que aparte de poder vigilar más
fácilmente el posible garreo, el ruido de las olas chocando contra
las rocas es más relajante que el ruido de dentro, causado por los
platos y otros elementos mal estibados que chocan toda la noche por
el fuerte vaivén del barco. Por cierto que cuando el barco se mueve
la botavara cruje bastante también y para evitar este molesto ruido
lo mejor es “retenerla”, atándola con una cabo a un costado.
7º día –
sábado – Cala Covas y Cala Galdana
Por la mañana
hay algo menos de meneo aunque el fondeo sigue siendo muy incómodo.
El barco al final no ha garreado nada porque aunque entran las
molestas olas, no hay casi viento.
Tras el desayuno bajamos con la dingui a tierra, para emprender la breve excursión por tierra hasta la famosa cueva / discoteca del Xoroi. Para entrar en la espectacular cueva, con vistas impresionantes, de día te “soplan 12 euros” con cerveza o refresco incluido ...
Cala en Porter (en el centro se ven las boyas rojas del emisario)
Tras el desayuno bajamos con la dingui a tierra, para emprender la breve excursión por tierra hasta la famosa cueva / discoteca del Xoroi. Para entrar en la espectacular cueva, con vistas impresionantes, de día te “soplan 12 euros” con cerveza o refresco incluido ...
En la playa,
el socorrista nos confirma que no hay prohibición de fondear en toda
la cala, salvo justo encima de la línea del emisario.
De regreso al
barco levamos anclas, contentos de salir de este incómodo aunque
bonito sitio. Nos dirigimos a la Cala Covas que está muy cerquita;
no merece la pena ni izar las velas. Según la guía es la cala más
bonita de todas las Baleares.
En la Cala
Covas practicamos el fondeo con un cabo a tierra, en el único hueco
libre que queda. La cala no es muy amplía para los veleros pero con
el cabo a tierra que evita el bornea si que pueden fondear bastantes. Menos
mal que he traído mis escarpines de goma dura porque las rocas donde
poner la amarra están plagadas de erizos. Por cierto que vemos como
los del barco del al lado señalizan su amarra a tierra con defensas
que flotan y me lo apunto como algo útil a considerar en caso de
pernoctar de este modo otra vez.
Los de la guía
no han exagerado, efectivamente el sitio es espectacular. Tiene
varios entrantes de roca con playitas entre aguas turquesas y zonas
verdes. En los acantilados que la rodean se ven cientos de entradas de pequeñas cuevas, ... de
ahí el nombre.
Para colmo en las rocas en tierra hay gente “guapa” haciendo nudismo .. y otros escalada (- estos últimos vestidos)... este sitio es para pasar el día completo de relax!
Para dormir pensamos sin embargo que es mejor ir a la Cala Galdana, a unas 10 millas más el oeste, ya que según los libros es el sitio más resguardado y seguro de todo la cara sur de Menorca.
Las cuevas de la cala
Para colmo en las rocas en tierra hay gente “guapa” haciendo nudismo .. y otros escalada (- estos últimos vestidos)... este sitio es para pasar el día completo de relax!
Para dormir pensamos sin embargo que es mejor ir a la Cala Galdana, a unas 10 millas más el oeste, ya que según los libros es el sitio más resguardado y seguro de todo la cara sur de Menorca.
La Cala Galdana ofrece buen resguardo si se llega pronto... Por segunda noche consecutiva hemos
apurado demasiado el día y llegamos ya tarde, sólo con la luz del
ocaso, a esta bonito bahía natural. El sitio está lleno y solo queda un hueco
en la parte más externa, al oeste, fuera del abrigo natural de roca
que protege los barcos de la marea exterior. Nuevamente nos espera
una noche con el balanceo “fantástico”... Al menos el fondeo es
mucho más seguro que el de la noche previa. Bajamos con la dingui al
pueblo, y cenamos en el rico restaurante de pescado que está en el
extremo nor-oeste de la cala.
La vuelta al
barco con dingui resulta peligrosa puesto que en ese momento nuestro
pequeño buque se balancea muchísimo y la pasarela de popa sube y
baja con fuerza. Hay que tener mucho cuidado de no darse un golpe
con la pasarela o quedarse atrapado debajo de ella al entrar con la
dingui. Carolina tiene experiencia con esta situación y toma las
riendas de la maniobra, indicándonos que nos acercamos al barco muy
despacio por una costado, hasta que vayamos subiendo de uno a uno a
la embarcación.
Finalmente la
noche no resulta tan movida como la previa porque al rato de
acostarnos las olas remiten bastante, o puede que no, pero con el
agotamiento acumulado ya no nos afecta y esta vez dormimos a pierna
suelta.
8º día:
Domingo – El regreso a vela, sin prisas
Última día.
Por la tarde, tenemos que entrar en Mahón para finalizar nuestra
aventura. Toca navegar más de 20 millas, con viento moderado de
levante, de unos 10 nudos. Hace un día estupendo, solazo, viento
ideal y mar en calma. Decidimos no parar para comer en ninguna cala y
aprovechar para navegar a vela todo el día.
Como el
viento viene en contra, toca subir a barlovento, dando bordos de ceñida.
Hacemos nuestra propia regata contra el reloj, puesto que el objetivo
es llegar al puerto a las 18:00, hora convenida con Antonio para la
entrega del balandro. Además hoy está prohibido mirar el plotter;
Luis y yo, tomamos dos demoras y a partir de los datos de rumbo,
velocidad y dirección del viento hacemos un cálculo estimativo de
nuestra posición y hora de llegada a la Isla del Aire. Como vamos
subiendo a barlovento, si asumimos que le sacamos en la ceñida un
ángulo de 45 grados, por trigonometría hay que multiplicar la
distancia directa al destino por 1,41 (raíz de dos)... Esto en los
ejercicios del PER no te lo enseñan porque los barcos van a motor
todo el rato ;)
A mediodía,
antes de comer, decidimos parar en alta mar para darnos un bañito.
La idea también es practicar la maniobra de parada a vela,
acuartelando el foque. Ninguno lo tenemos muy claro, pero lo
aprendimos viendo a Emi en la Ruta de la Sal de este año. A la
segunda intentona Carolina lo consigue. En vela ligera se hace
soltando completamente la escota de mayor y con la caña hacia la
virada y foque acuartelado, pero en crucero es distinto: Desde un
rumbo de ceñida hay que intentar virar el barco pero sin tocar el
génova. Cuando éste se acuartela hay que mantener la rueda hacia la
virada hasta que el barco pierda velocidad. Lo siguiente es llevar la
rueda a tope al sentido contrario a la virada. En ese momento, y sin
tocar ninguna de las escotas, el barco se queda clavado en al agua,
como una boya, sin navegar. Solamente derivará con las olas. En el
GPS observamos una velocidad de 1 nudo, que coincide más o menos con
la corriente que hemos ido observando estos días.
Tiramos unos
cabos por la popa por si acaso y nos damos el gozoso bañito en alta
mar. Estamos a 3 milla de la costa, a la altura de Cala en Porter y
tenemos una profundidad de 90 metros, según la sonda. Con gafas de
bucear lo único que se ve en el agua es un infinito azul oscuro,
precioso.
Emprendemos de
nuevo la marcha, simplemente pasando el génova a sotavento. Comemos
una pizzas y una ensalada mientra navegamos, y luego la siesta. ¡Que
a gusto se va a vela, sin el molesto motor, y cuando no hay mucha
ola, escuchando la brisa del mar! Nos damos cuenta que realmente no
querríamos llegar nunca a nuestro destino..
Por si fuese poco, a
media tarde recibimos una fugaz visita de una pareja de delfines, que
vemos saltar delante de nuestra proa. Por desgracia se alejan
enseguida, ha sido casi un espejismo.
Con una hora
de retraso respecto a nuestro cálculo de estima llegamos a la Isla
de Aire. Por tercera vez en pocos días doblamos la Punta Prima por
dentro de la isla, esta vez a vela. El viento ha rolado mientras
tanto al sur y ahora nos entra de popa redonda. Navegamos durante un
rato con orejas de burro, comprobando en los instrumentos que se cumplen las leyes de la
física vectorial al milímetro: soplan 9 nudos reales y la corredera indica
una velocidad de 4 nudos, así que el aparente marca 5 nudos.
A las 19:00
atracamos en nuestra plaza del pantalán número 7. Antonio nos
espera y ayuda con las amarras. Hoy ya no hay viento en puerto.
Durante la travesía hemos recogido cada unos nuestras cosas y
ordenado toda la comida sobrante, que ofrecemos a Antonio. (Sobre
todo han sobrado unas cuantas toneladas de pasta pero poco más...)
Tenemos el vuelo a Madrid a las 21:30. ¡Hemos apurado a tope nuestro último día de vacaciones náuticas! Damos las gracias a Antonio por dejarnos navegar el último día y en general por el buen servicio y función que nos ha dado su magnífico velero. Salvo el inconveniente de tener que cargar a menudo las baterías de servicio con el alternador, presumiblemente porque la gran nevera a bordo consume mucha energía, no hemos tenido ningún problema.
Tenemos el vuelo a Madrid a las 21:30. ¡Hemos apurado a tope nuestro último día de vacaciones náuticas! Damos las gracias a Antonio por dejarnos navegar el último día y en general por el buen servicio y función que nos ha dado su magnífico velero. Salvo el inconveniente de tener que cargar a menudo las baterías de servicio con el alternador, presumiblemente porque la gran nevera a bordo consume mucha energía, no hemos tenido ningún problema.
Gracias
también a todos los tripulantes del Albatros!! Hemos cumplido
nuestro objetivo de dar la vuelta a Menorca a vela, pasándolo en
grande. Una gozada!
Un abrazo a
todos, y hasta la próxima!
Kike
Madrid,
Octubre de 2012
Sr. Enrique,
ResponderEliminarNo me creo que este soberbio blog no tenga un comentario en esta vuelta a Menorca. Cuando tenga más tiempo, lo leeré bien. Saludos de un patrón de yate sin barco.
Muchas gracias MCC.
ResponderEliminarsaludos de otro patrón de yate sin barco :)
Dentro de unos dias ire a Menorca. Tengo 10 días para estar allí. ¿Sería posible hacer toda la costa de la isla a pie? ¿Me recomendáis parar en los mismos lugares que parásteis vosotros con el barco? Echame una mano :)
ResponderEliminarYo vivo en Palma, si quieres contéstame por aqui o sino mejor en Facebook, mi usuario es JOSI BUSTAMANTE. Un saludo amigo!
Hola Jose,
ResponderEliminarPerdona que se me paso tu comentario. La verdad es que solo conozco la isla por el mar, costeando. Yo apostaría que hay zonas de muy difícil acceso o militares etc, pero no idea por lo que es mejor que te informes por algún otro lado. sorry :(
los sitios a los que fuimos y describo en el post, todos tenían acceso por tierra y son muy recomendables. Desde luego recomiendo todos!
Suerte con la excursión.
Un saludo
Kike
Que increíble relato Enrique, enhorabuena por tus dotes de redacción y por ese maravilloso viaje. En algunos momentos parecía que iba con vosotros!!!...jajaja.
ResponderEliminarGracias por haberme enseñado alguna cosita de esas que no vienen en los libros!!!.
Fdo. Jorge,un PER en prácticas...
He encontrado tu blog buscando información sobre los amarres en Menorca, y me ha servido de gran ayuda! La semana que viene salimos en catamarán y esperamos tener la misma suerte que vosotros! Gracias por compartirlo!
ResponderEliminarAunque ha pasado algo de tiempo te quiero felicitar por relatar tu aventura. Muchas gracias.
ResponderEliminarMe he topado con este blog buscando mejores calas para fondear en Menorca, después de llevar 11 días navegando desde Bcn a Mallorca y recorriendo la isla, mañana cruzamos a Menorca, una de mis islas favoritas desde pequeña y que siempre imaginé recorrerla en velero. Cala coves es mi favorita, 😍 pero todas son maravillosas. Gracias por tu compartir tu magnifico relato, pareciera que estaba allí. Un saludo y buen viento!
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