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domingo, 16 de marzo de 2014

Hombre al agua





Hombre al Agua










Por suerte, el contenido de este post no se basa en ninguna experiencia personal. Aunque por la importancia del tema creo que merece la pena dedicar unas líneas generales sobre qué hacer y no hacer llegada una situación de hombre al agua.


Disclaimer:

Una nota importante para un tema tan delicado, esto son mis ideas y sólo eso, prevalece en cualquier caso lo que digan los instructores autorizados de las titulaciones oficiales. Y por supuesto el buen hacer y criterio de cada patrón ante cada circunstancia. Para estas notas generales me baso en lo que he visto, leído y aprendido de patrones con experiencia.



Lo primero prevenir el accidente


Por supuesto, lo primero es tomar todas las medidas posibles para evitar el accidente. El patrón debe prevenir a la tripulación de los riesgos de caerse al agua, incluso con calma chicha. Nunca nos debemos caer ni por supuesto tirar al agua sin el consentimiento previo del patron y siempre que el barco este parado.

Siempre que vayamos a navegar con mal tiempo, o mucho viento y olas, los tripulantes deben llevar puesto el arnés, sobre todo aquellos que van a tener que realizar maniobras fuera de la bañera. Es mejor evitar ir a la proa, pero si hay que hacerlo, siempre ir bien atado. Esto implica llevar una linea de vida, que es una cincha o cabo aferrado a la cubierta del barco, por todo el costado desde popa a proa. De noche también es fundamental usar el arnés.

Un comentario importante es que cuando haya que ir a proa, si navegamos de ceñida, es mejor hacerlo por la banda de barlovento, donde ante una escorada inesperada o un tropiezo es más fácil caer dentro del barco. Al contrario, si navegamos en portantes, para ir a proa se hará por sotavento, ya que de lo contrario nos arriesgamos a un golpe mortal y caída del agua si nos sorprende una trasluchada involuntaria.

Hay otras medidas a tomar, como no andar sólo por la cubierta, moverse siempre aferrado a algo (que no sea el guarda-mancebos) con el peso hacia el centro del barco, etc. De noche se deben extremar las medidas.

Debemos por último prever la casuística de que el que hombre al agua sea el propio patrón, es decir nosotros mismos. Por tanto es conveniente instruir a la tripulación (antes de una travesía) para que sepa que hacer ante este potencial peligro. Además, para evitar el caos y desgobierno llegado el caso, conviene que el patrón designe a un "segundo" de a bordo, es decir alguien que toma las riendas y dirija la maniobra en ausencia del patrón.


Maniobra del Hombre: pasos fundamentales

El primero que se de cuenta de la situación debe gritar fuertemente “hombre al agua”, por dos razones: primero para avisar de la emergencia, y segundo para tranquilizar al náufrago de qué al menos le han visto.

Comienza de inmediato la maniobra de rescate.  Es un momento de mucha tensión y hay que evitar que cada uno se ponga a actuar por su cuenta. El patrón debe controlar la situación y no perder los nervios en la medida de los posible. Nadie debe saltar al agua a buscar al otro, pues entonces tenemos dos náufragos que recoger.

Lo primero es tirar el aro salvavidas, si puede ser que tengo guindola o luz, que por cierto debe estar en la popa y a mano, sin líos de nudos y listo para tirarse al agua. Si tirarán además otros objetos que floten como defensas, colchonetas o maderas, útiles para  ayudar a localizar la posición del accidente. 

Otro tripulante debe pulsar el botón de emergencia MOB (Man over Board) del plotter o de la radio VHF. Es importante que el patrón tenga claro como accionar esta función de la electrónica a bordo y que al menos dos tripulantes lo sepan también. Igualmente se debe apuntar el rumbo de navegación en el momento del accidente, para luego tomar el rumbo contrario al dar la vuelta.

Al menos una persona deberá no quitar ojo al accidentado, apuntando en todo momento con el brazo en la dirección donde se encuentra. Si es posible otra persona le pasará unos prismáticos. Si es de noche todo esto no valdrá demasiado..

Si es de día, el patrón debe hacer una curva de evolución lo antes posible para dar la vuelta. Aunque ese "antes posible" significa que primero, antes de virar habrá que hacer unas cosas:  típicamente iremos navegando a vela y el patrón decidirá la maniobra adecuada a cada caso.

Si es de noche o hay nula visibilidad por niebla la maniobra será la de Butakoff (en lugar de la curva de evolución). Unos párrafos más abajo describo esta maniobra.

Considero que lo más razonable en casi todos los casos es arrancar el motor, enrollar el foque lo antes posible y entonces dar la curva de evolución a motor orzando y virando por proa. La virada en redondo por lo general se debe evitar, puesto que con los nervios nos arriesgamos a sufrir una peligrosa trasluchada involuntaria si no hemos cazado la mayor.

Ojo al arrancar el motor, que es posible que haya cabos flotando por la popa.

Durante el tiempo que hacemos la maniobra y nos alejamos del náufrago es buena idea tirar defensas al agua que nos ayudan a identificar el camino de regreso hacia el náufrago.

Una vez que hemos dado la vuelta, muy importante, debemos aproximarnos al náufrago por barlovento, es decir dándole socaire frente al viento y las olas. Si el barco se ubicase a sotavento, el accidentado, como deriva más que el barco y con el efecto de las olas, se verá aplastado contra el casco del barco. Además hay que ofrecerle la amura de sotavento y no el través o la aleta, de este modo dará tiempo a recogerlo por la banda.

Si vamos a motor hay que poner punto muerto en el momento de recoger el accidentado.

En relación al uso de la radio, si pasados unos minutos no encontramos al accidentado o se complican las cosas debemos lanzar un aviso PAN PAN por el canal 16 VHF. (De noche o con mal tiempo seguramente lanzaría el PAN PAN incluso desde el primer momento que sea posible..)



Maniobra del Hombre al Agua de noche: Butakoff

En este caso, y sólo en este, aplica Butakoff. Obviamente en el mar de noche no se ve nada y Butakoff nos ayuda a dar la vuelta dejando el barco en la misma estela en la que íbamos cuando sucedió el accidente.

Es importante en este caso de noche tirar la guindola con luz al agua.

Al igual que antes, lo primero es arrancar el motor y recoger el foque, y haremos la maniobra a motor.

Butakoff lo que consigue es un giro de 180 grados haciendo una forma de interrogación, de modo que al dar la vuelta, el barco navega por el mismo sitio donde cayó el hombre al agua. Veamos los pasos:

  1. Reducir máquina para hacer la maniobra con la mayor precisión posible
  2. Cantar en alto el rumbo opuesto al que vamos (si p.ej. vamos a 90 grados, “cantas” 270). Con los nervios conviene que alguien más aparte del patrón recuerdo el rumbo objetivo.
  3. Virar inicialmente 70 grados. Como hay inercia en el giro, contaremos aproximadamente 50 grados
  4. Acto seguido viramos del todo y nos pondremos al rumbo que hemos cantado (270 en el ejemplo). Ojo con la trasluchada de la vela si no hemos cazado a tiempo la mayor.
  5. Nada más virar pondremos máquina mínima y comienza la búsqueda del náufrago, que debería aparecer muy cerca de nuestra proa
Al igual que antes, recogeremos al hombre al agua por barlovento.






Maniobra a vela

En algún caso no queda más remedio que realizar la maniobra a vela, si por ejemplo el motor no arranca, o se complica el recoger el foque, etc.

En los cursos del PER a vela te enseñan algunas técnicas, y aquí resumo tres. En cualquier caso, antes de empezar, siempre que podamos es más seguro realizar la maniobra virando por avante, por lo mencionado de la trasluchada involuntaria en la virada por popa.

  1. Mediante traveses
Esta maniobra a vela consiste en ponerse del través, independientemente del rumbo que llevábamos, y alejarse del náufrago lo suficiente para que de tiempo a virar por avante y situarnos enseguida en el través contrario, de modo que el accidentado aparece por la proa.

Acercaremos la amura de sotavento al hombre, aproando el barco. Si es necesario, podemos acuartelar el foque para ayudar a caer la proa hacia el náufrago, mientras el barco se frena.
  1. Evolución desde portantes
Si llevábamos un rumbo portante (largo, popa), podemos realizar la maniobra muy rápidamente orzando a tope, de modo que ponemos la proa al viento a la vez que damos la vuelta. En cuanto estamos con el viento de proa largamos escotas y el barco se queda parado y con el náufrago a sotavento.

  1. Evolución desde ceñida

Si cuando se cae el hombre al agua íbamos de ceñida, debemos arribar a tope y abrir las velas. Este caso es más complicado porque llevaremos mucho arrancada y será difícil parar el barco en el lugar adecuado. Si nos pasamos avanzamos dos esloras más y damos la vuelta, esta vez con la proa al viento.

El patrón debe decidir la maniobra llegado el caso. En cualquier caso no está de más practicar todo esto con una boya o similar para estar preparados por si por desgracia alguna vez sufrimos una situación de hombre al agua.





Recoger al naufrago

Si hemos hecho bien los pasos anteriores, llegaremos al naufrago y lo tendremos en el agua, a la altura de la amura o través de sotavento. Recogerlo no es tan fácil, según el caso, si esta accidentado, consciente, si lleva un arnés puesto, etc. Con arnés, se le puede atar una driza e izar con ayuda de un winch. En otros casos habrá que pasar unos cabos por la cintura del accidentado.

Típicamente lo más fácil, sobre todo si el naufrago está consciente, será que acceda por la popa, haciendo uso de la escalerilla o trepando (con ayuda) por la plataforma, o similar. Pero para ello, sobre todo si hay olas, es importante atravesar el barco a la mar para evitar que éste cabecee y la popa golpee la cabeza del accidentado.











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