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domingo, 20 de febrero de 2011

Maniobras en Puerto

Maniobras I: Salida y Atraque en Puerto

Muy buenas,  hoy me toca el capítulo de dos maniobras esenciales: entrar y salir de un puerto (una marina o lo que sea). ¡Suerte con estas maniobras!


Real Club Náutico de Palma de Mallorca


1. Salida de un puerto

Los pasos fundamentales que debemos seguir son los siguientes:

1)      Arrancar el motor
2)      Comprobar que el barco está amarinado y la tripulación lista para zarpar
3)      Planificar la maniobra teniendo sobre todo en cuenta el viento
4)      Largar las amarras y salir


1º Arrancar el motor

Antes de someter un motor diesel a esfuerzos, conviene esperar a que éste se caliente durante al menos unos minutos. Por ello el primer paso de la maniobra de salida del puerto será siempre arrancar el motor, de modo que durante la ejecución de los siguientes pasos, previos a zarpar, el motor se vaya calentando.


Antes de dar al contacto debemos asegurarnos que la palanca de  marcha y acelerador está en punto muerto. Normalmente la posición de punto muerto es en el centro, aunque no siempre es así y la comprobación consiste en apretar el botón que desembraga, ya que este sólo se puede apretar en punto muerto. Si el botón está duro y no se puede apretar es porque la palanca no está en punto muerto y habrá que moverla.

La hélice del motor es uno de los elementos más mortales y peligrosos de una embarcación. Por ello conviene adquirir el siguiente reflejo siempre antes de girar la llave del motor: darse la vuelta o girar la cabeza y verificar que no hay nadie buceando debajo o a popa del barco. En cualquier caso, antes de girar la llave también hay que comprobar que la marcha está en punto muerto y por tanto la hélice no se debe  accionar al arrancar. No obstante adquirir el reflejo mencionado me parece una medida precautoria muy recomendable.

Una última comprobación tras el arranque del motor consiste en comprobar que a partir de ese momento el tubo de escape (normalmente en un costado del barco) escupe el agua del circuito abierto de la refrigeración.


2º Comprobar que el barco está amarinado y la tripulación lista para zarpar

Las comprobaciones incluyen:

· recoger y estibar el cable de la electricidad a tierra (OJO: la electricidad 220 debe estar desactivada ANTES de arrancar el motor, pues de otra manera estamos sobrecargando las baterias, al estar éstas recibiendo carga del alternador y del conversor de 220 simultáneamente)

· cerrar todas las escotillas, portones y demás

· cerrar todos los grifos de fondo de baños, cocina, etc., sobre todo los más altos en los costados, que vayan a quedar expuestos al nivel del mar durante la navegación normal, teniendo en cuenta que podría haber escora en ambas bandas. Esto excluye (a veces) algunos grifos de fondo que estén muy abajo y que a veces son más complicados de cerrar por ser poco accesibles. El patrón debe conocer la ubicación exacta de todos los grifos del barco. Por supuesto, queda excluido el cierre del grifo del motor que siempre debe permanecer abierto (pues asegura la refrigeración del motor)

· comprobar que la botella del gas para cocinar situada normalmente en un tambucho exterior en popa está cerrada

· si vamos a navegar con condiciones duras (fuerza >= 6), toda la tripulación debe ponerse los chalecos salvavidas y al menos aquellos que vayan a requerir moverse por la cubierta, deben llevar además puestos los arneses.



3º Planificar la maniobra teniendo sobre todo en cuenta el viento

Lo más importante es ver por donde entra el viento y con que intensidad. Cualquier maniobra debe hacerse siempre a la mínima velocidad posible pero de modo que el viento no haga derivar el barco de manera indeseada. Si hay más viento, la maniobra habrá de hacerse más rápido.

Las primeras amarras que se largarán serán aquellas que no trabajan, por estar a sotavento. Por último, para salir, en condiciones de poco viento, lo normal será largar completamente la amarra de barlovento y a la vez que el barco se ve libre, dar un primer golpe de motor (suave) para emprender la marcha.

No obstante si hay viento lateral, en lugar de largar la amarra de barlovento, puede ser más aconsejable ir amollándola poco a poco de modo que el barco vaya alejándose del muelle pero sin derivar demasiado hacia sotavento. El efecto de la amarra en la popa (banda de barlovento) hace que al dar avante la proa pivote un poco hacia barlovento, contrarrestando la deriva. De este modo cuando por fin se larga la amarra habremos conseguido que el barco tenga más de media eslora fuera del atraque sin haber derivado su proa.


Esta estrategia de amollar una amarra de popa poco a poco (en lugar de largarla) también es útil cuando no hay espacio suficiente a la salida del atraque para virar. El cabo que se va amollado en una de las banda provoca que la proa pivote hacia la misma banda, que será la del rumbo de salida deseado.

Para la estrategia de amollar la amarra es fundamental, claro está, que ésta pase por seno. En muchas ocasiones la amarra puede estar puesta con un as de guía en tierra luego parte importante de la maniobra es fijarse en este detalle y llegado el caso cambiar la amarra para que pase por seno.

El patrón debe manejar el timón y el motor y estar atento a todo lo que sucede durante la maniobra. Es el resto de la tripulación la encargada de largar o amollar cabos y estar pendientes de que el barco no choque contra las embarcaciones vecinas. Por ello, en la planificación el patrón asignará roles y dará ordenes claras y concretas a cada uno de los marineros involucrados en la maniobra. Por ejemplo, se puede asignar una amarra a cada tripulante junto con el orden con que se largará cada una. Así durante la maniobra, a la orden del patrón, cada uno soltará su amarra y confirmará mediante un grito que la amarra está suelta. Conviene que al menos un marinero se sitúe en cada banda a media eslora para separar el barco de posibles colisiones con los vecinos. Para evitar lesiones de pies o manos es mejor que éstos se sirvan de la ayuda de una defensa.

Por último antes de ejecutar la maniobra es imprescindible comprobar que la rueda esté “caña a la vía”. Esto es fundamental para que al dar el primer golpe de motor el barco avance avante en ángulo recto ya que no hay margen de error para corregir el rumbo dentro del atraque. En todos los barcos modernos se dispone de un piloto automático que incluye un indicador electrónico del giro de la rueda. (Por supuesto el piloto debe estar desactivado para poder maniobrar libremente la rueda.) Si no existiese o no funcionase dicho piloto la alternativa es fijar caña a la vía contando la mitad de las vueltas de la rueda.

4º Largar amarras y salir

Una vez que está clara la maniobra, se ha comunicado y se han asignado las tareas a la tripulación solamente resta ejecutarla. Si es necesario habrá que pasar las amarras por seno, previo a la ejecución.

Como he descrito, los marineros irán largando amarras a la orden del patrón. Al soltar o amollar la última amarra, el patrón dará, con la caña a la vía, un suave golpe de motor avante y saldrá. (Un “golpe de motor” es dar un poco de marcha y enseguida volver a punto muerto; habitualmente todas las maniobras se ejecutan dando golpes de motor para accionar la marcha del barco lo más despacio posible, jugando con la inercia del mismo.)

Si hay viento habrá que dar más motor, pero se debe tener en cuenta que el muerto de proa tarda unos segundos en hundirse y si se sale rápido con la hélice en movimiento, ésta puede enredarse con el cabo del muerto o con su guía, haciendo fracasar la maniobra, y provocando un serio problema. Por tanto es mejor poner punto muerto cuando la popa pasa por encima del cabo.



2. Atracar

Podemos considerar cuatro pasos en esta maniobra, que es seguramente la más complicada y temida por todos los patrones con menos experiencia. Como todo en la vida, la clave del éxito es la preparación y la planificación adecuada, evitando las improvisaciones.

1) Aproximación
2) Asignar roles a la tripulación
3) Estrategia
4) Ejecución


1º Aproximación




Aproximación al bello pueblo de Poros (Grecia, Ago 2009)


Una vez decidido que vamos a entrar en un puerto, marina o amarradero de un pueblo, etc., a cierta distancia de nuestro destino comenzaremos (con calma) los preparativos básicos que son comunes a cualquier variante de maniobra posible que vayamos a ejecutar finalmente. Estos serán normalmente:

-         Caso de estar navegando a vela tocará primero recoger las velas: Esta maniobra de vela se describe en mi blog de navegación a vela.

-         Preparar las amarras: Si está muy claro que vamos a amarrar de popa, es suficiente preparar las amarras de popa. Ante la duda y si no sabemos exactamente que nos espera conviene además preparar una amarra en proa.

Para preparar las amarras de popa debemos decidir a estas alturas si amarraremos poniendo simplemente un as de guía en la bita del puerto o si por lo contrario pasaremos la amarra por seno. (Amarrar por seno es pasar el firme por la bita y devolver toda la amarra al barco para engancharlo en la cornamusa de popa). Si la tripulación es novata y no esperamos ayuda en puerto puede ser más conveniente amarrar con un as de guía ya que es más sencillo. En este caso calcularemos una distancia razonable de cabo, que será un poco más de la distancia entre la cornamusa de popa y la bita, y haremos un as de guía en el extremo del cabo. El otro extremo se amarra en la cornamusa con un ocho a la distancia calculada del cabo. El cabo debe quedar claro y adujado y la parte que irá a tierra debe recogerse por fuera del barco. En el caso de amarrar por seno se deja el extremo libre (sin as de guía) y se calcula el doble de distancia que antes ya que el cabo ira a tierra y volverá para ser atado a la cornamusa de popa.

-         Poner las defensas: repartirlas en cada banda, atándolas con un ballestrinque a ras de la cubierta.

-         Por último no está de más ordenar el barco, adujar amarras y recoger un poco la cubierta en general para evitar obstáculos durante la maniobra. También puede ser conveniente recoger el bimini (el toldo) ya que resta visibilidad y entorpece la maniobra. Por seguridad es conveniente calzarse y por etiqueta el patrón al menos puede decidir ponerse una camiseta.


2º Asignar roles a la tripulación

Aunque no tengamos aún muy clara la maniobra final podemos sin embargo asignar ya roles a los marineros. Normalmente uno saltará a tierra, calzado siempre, y fijará la amarra de popa, la de barlovento, que le pasará un segundo marinero. El patrón dirá en su momento al segundo marinero cual es la amarra de barlovento, que siempre es la primera que se ha de poner. El segundo marinero deberá arrojar desde la popa la amarra con su aduja completa hacia el marinero que saltá a tierra y siempre por fuera del barco (del pasamanos, barandilla, etc.). El marinero en tierra, tras fijar la amarra de proa, deberá preocuparse acto seguido de buscar la guía del muerto y acercársela a un tercer marinero encargado de fijar el muerto en proa.

El (tercer) marinero, encargado del muerto, se situará inicialmente en popa y se ayudará del bichero para alcanzar la guía (que le pasa el primer marinero que salto a tierra). Una vez que haya zafado la guía deberá soltar el bichero (con cuidado de no darle un golpe a nadie) y desplazarse rápidamente hacia proa a la vez que va sacando la guía del agua. Ya en proa la guía acabará en el muerto (que es una maroma o amarra gorda hundida en el fondo del mar). El muerto se debe tensar lo más posible antes de fijarlo en la cornamusa de proa con el nudo del ocho.

Recapitulando, debemos asignar un marinero que saltará a tierra, otro que le pasará el cabo de barlovento y otro que con bichero en mano se encargará del muerto. La función del patrón es solamente manejar la rueda y el motor, dar las ordenes y controlar la situación. (No conviene auto-asignarse ninguna otra tarea si se dispone de tripulación suficiente, por muy novata que sea.) Si disponemos de tripulación adicional a bordo podemos pedirles que se sitúen a media eslora en cada banda para impedir posibles choques. Estos marineros deben estar muy atentos solamente a las bandas y a la proa y no a lo que esté pasando en la popa. Pueden ayudarse de las defensas para proteger el barco en caso de colisión y tener cuidado con manos y pies. Es más fácil reparar la fibra de vidrio que una mano o un pie aplastado.


3º Estrategia

Una vez que hemos llegado a motor y lo más despacio posible al puerto, la estrategia consiste en evaluar bien la situación, lugar exacto de atraque, dirección e intensidad del viento reinante, otros barcos, etc. y decidir en función de todas las variables cual será la maniobra más adecuada.




Un puerto algo concurrido (Palma)


Es importante no improvisar y no precipitarse, puede ser necesario hacer una primera entrada en el puerto y luego quedarse parado si es posible o dar media vuelta para tener tiempo de pensar bien la maniobra.

Como en cualquier maniobra el viento juega un papel fundamental. La primera amarra que se pone en tierra siempre es la de barlovento. La velocidad con la que debemos ejecutar la maniobra dependerá de la intensidad del viento. La velocidad ha de ser la mínima imprescindible para que el barco no derive durante la maniobra, luego con mucho viento (más de 10 nudos en puerto) habrá que moverse bastante rápido.

Si vamos a entrar en un puerto o pantalán estrecho, simplemente para mirar o buscar un sitio para amarrar, es fundamental asegurar también la estrategia de salida de este sitio estrecho, dando marcha atrás o con una ciaboga ajustada (virada de 180 grados).

La maniobra concreta depende en gran medida de la dirección del viento respecto al punto de atraque. Será mejor hacer las viradas ayudándose del viento, ya que incluso el mismo puede impedir algunos sentidos de giro, sobre todo si lo intentamos marcha atrás.






Veamos otra situación típica que muestra la importancia que tiene el viento en puerto:





Además hay que tener muy en cuenta la propia inercia del barco. Por ejemplo aunque ya hayamos puesto la marcha atrás, mientras el barco siga avanzado, el giro de la rueda hará virar al barco como si estuviera avante.

Debe quedar claro que una vez que ganamos arrancada marcha atrás, la rueda a estribor mueve la popa a estribor y viceversa. Es decir, maniobramos mirando hacia atrás (como si la popa fuese nuestra nueva proa.) Si en lugar de rueda tenemos una caña es útil imaginarse la caña como si fuese una flecha y mirando hacia atrás la flecha debe apuntarse la “flecha” hacia la banda que queremos caer.

Por último es importante conocer y tener en cuenta la caída de la hélice del barco. Cuando se activa la marcha atrás, hasta que el barco coge arrancada puede tener una caída pronunciada hacia una banda. Con hélice dextrógira la popa cae a babor y si es levógira la popa cae a estribor. En muchos barcos modernos (con motor Saildrive, etc.) este efecto es inexistente. En cualquier caso para averiguar este comportamiento en un barco desconocido se debe realizar siempre una prueba previa de maniobra marcha atrás en alta mar (con el viento de popa). De este modo sabremos lo que nos espera en el puerto al activar la marcha atrás y podremos incluir el efecto en nuestra estrategia. Por ejemplo:





Por n-ésima vez no me canso de repetir que el cabo que se afirma primero es el de barlovento. Si no hacemos esto se garantiza el fracaso de la maniobra. Si sopla de proa exacta el cabo más importante (el de barlovento) es el muerto y habrá que preocuparse de éste con especial celeridad. Pero normalmente el viento será de algún costado y entonces el orden es primero la amarra de barlovento (de popa), después el muerto y por último la amarra de sotavento.

Cuando el viento sopla de popa (en al amarre) tendremos la situación ideal (más fácil) y se puede realizar la maniobra a mínima velocidad ya que la proa no se abrirá.

A veces hay varios huecos en puerto y podemos elegir el lugar exacto donde queremos atracar. Se debe saber que el atraque más fácil es casi siempre en el hueco justo (más estrecho) entre dos barcos amarrados. (Aunque dé más miedo o parezca que no vamos a caber!) Una vez que hemos encajado la parte de popa entre ambos barcos nuestra embarcación se mantiene firme y no se irá la proa. Por el contrario, si elegimos un hueco amplio donde no hay aún barcos en los costados tenemos muchas más posibilidades de que la proa derive a un lado y quedar por tanto atravesados en el amarre.

Una consecuencia de lo anterior es que amarrar en un lugar estrecho entre dos barcos nos permite realizar la maniobra a menor velocidad, sobre todo porque corremos mayor riesgo de colisión al aproximarnos. (De paso no asustaremos a los tripulantes de las otras embarciones por aproximarnos demasiado rápido).


Cuando sopla viento lateral y no haya barcos en los costados que nos vayan a agarrar nos encontramos ante dos posibles casos:



El primero es que solamente haya un barco en el costado de sotavento. Este caso es el más sencillo pues al no haber barco a barlovento nos permite entrar con espacio a barlovento, incluso algo atravesados y solo nos queda esperar a que el barco derive hasta su puesto, pegado al barco de sotavento.

El segundo caso es cuando a sotavento no hay ningún barco, o lo que es equivalente, que no haya barcos en ninguno de los costados. En este caso, como siempre lo primero es poner primero la amarra de barlovento de popa, y acto seguido correremos a poner el muerto que fija la popa. Pero si no somos muy rápidos con el muerto, es muy probable que la proa se abra y nos quedemos muy atravesados. La consecuencia es que cómo mínimo el costado de sotavento de popa choque contra el muelle. Para evitar esto, es útil, una vez asegurada la amarra de barlovento de popa, dar marcha avante, sólo marcha mínima). Con esto se consigue que la proa no derive. 

Otra recomendación en este segundo caso es indicar a algún marinero que tome una defensa del lado de sotavento (donde no hay barco) y la ponga en popa.

Como a menudo, no conocemos a priori la presencia de barcos vecinos,  podemos dar las instrucciones al marinero de la “defensa de sotavento”, explicándole de antemano lo que debe hacer.



4º Ejecución

A estas alturas ya hemos decidido toda la maniobra y podemos proceder según lo planeado.

Algunos consejos adicionales:

·        Mantener la calma, si sucede algún imprevisto o nos hemos equivocado en algún paso es mejor (si es posible) batirse en retirada y volver a intentarlo nuevamente, en lugar de improvisar un nueva maniobra

·        Al llegar al muelle, si el barco se ha quedado algo atravesado es mejor asumirlo y poner las amarras sin tocar más el motor. Ya lograremos enderezar el barco mediante el ajuste de los cabos. No es buena idea dar avante ya que esto nos aleja del muelle y vira la proa etc. Lo correcto normalmente es dejar el punto muerto y olvidarse del motor!

·        Durante toda la maniobra, aunque ya hayamos parado el barco no se debe apagar nunca el motor. Conviene poder reaccionar si hay algún problema al poner una amarra o similar. (Además es bueno mantener el contacto un rato para que se refrigere el motor.)

·         Para tensar bien una amarra (o el muerto) es mucho mejor pasar primero el firme por un extremo de la cornamusa y tirar entonces fuertemente del chicote.

·        Una vez amarrados, una opción para tensar bien el muerto (sin matarse) es dar ligeramente motor avante y cazar nuevamente el muerto. Al volver a punto muerto se acabará de tensar del todo.

·        Si el barco va a pasar mucho tiempo en puerto es mejor amarrar con un as de guía ya que amarrar por seno daña las amarras a largo plazo por la fricción en el firme. Aunque para salir del puerto es más cómodo tener las amarras por seno porque se pueden largar desde la embarcación al partir.

Ya está de momento. Otro día describiré otras maniobras esenciales, como el fondeo y el atraque en un muelle.

Además no me olvidaré del (temido) atraque “mediterráneo” (como lo llaman los americanos). Lo experimenté por primera vez en Grecia y consiste en amarrar en un puerto dónde no hay muertos y toca por tanto echar el ancla, complicándose un poco la maniobra.

Arrivederci,

Kike (Madrid, 20 de febrero 2011)

domingo, 13 de febrero de 2011

Hola Mundo!


Hola Amigos Aficionados a la Náutica y a la Vela,

Por fin me estreno en esto de los blogs de Internet. Y por supuesto lo voy a hacer con mi afición favorita, la náutica. Este blog va a ser el resultado de pasar a limpio las notas de mi preciado “cuaderno de bitácora”. En casi todas mis excursiones de vela, tanto en crucero-charter cómo en cursos de vela ligera, tomo notas de todo lo que voy aprendiendo relacionado con la náutica, desde la teoría de la navegación a vela (rumbos, maniobras, trimado) hasta consejos prácticos de la vida a bordo. Se puede decir que empece con la afición de la náutica casi a la vez que empece a rellenar mi cuaderno, a partir del verano del año 2004. (Os paso un link con mi CV náutico...)

Para los que somos patrones ocasionales y solamente navegamos un par de veces al año, el hecho de apuntar los aprendizajes y repasarlos de vez en cuando ayuda mucho para evitar cometer los mismos errores una y otra vez. ¡Os lo recomiendo! Esa ha sido y es para mí una de las "claves del éxito" del patrón ocasional y me ha permitido atraverme con la aventura de alquiler veleros en distintos puntos del mediterráneo. Aprovecho esto de pasar mis apuntes a "limpio" para compartir mi conocimiento y experiencia con todos los internautas aficionados a la náutica que por casualidad acabéis leyendo este blog! (Si a nadie le sirve, al menos me sirve a mí por si pierdo mis apuntes...)

Por último, antes de entrar en materia, un comentario: a estas alturas de la vida no veo sentido en publicar mis experiencias por orden cronológico, sobre todo porque mi nivel actual en esta afición es muy superior a lo que sabía y apuntaba al principio de los tiempos. Así que lo que voy a ir publicando son resumenes ordenados de cada disciplina (vela, maniobras, etc) que aúnan todos los aprendizajes adquiridos hasta este momento (mi último viaje fue un charter de 1 semana por el Egeo Turco en agosto del 2010.)



Publico hoy mismo mi primer blog: unas Notas sobre la Navegación a Vela en Cruceros que completé hace un par de años. Espero que os guste.

Hasta luego,

Kike (Madrid, 13 de febrero de 2011)

Notas sobre la Navegación a Vela en Cruceros






Última actualización: 11-dic-2016



Bienvenidos Navegantes !!

Entramos por fin en materia, empezando con las maniobras de la vela. El objetivo es ver cómo ejecutarlas con la máxima eficacia y seguridad.

Atención: 

Aunque estas notas están dirigidas a aquellos que se inician al mundo de la vela a crucero, no explican la teoría básica de la navegación a vela. Ya hay mucha litera
tura al respecto en cualquier curso de iniciación de vela ligera. Se sobreentiende que el lector sabe lo que son los rumbos y los conceptos básicos de un barco de vela (orzar, arribar, viradas, etc). Lo que sigue consiste en una descripción detallada del gobierno de un crucero a vela. Escribo acerca del aparejo de las velas en los cruceros y de cómo desplegarlas y trimarlas correctamente durante la navegación. He añadido todo lo que considero que es importante conocer y tener en cuenta para una navegación eficaz y segura.

Esquema de este Post:

1.     Izado de la Mayor y el Génova

1.1.      Un repaso básico de la vela y sus cabos
1.2.      Consideraciones iniciales antes de desplegar las velas
1.3.      La vela mayor
1.4.      El génova
2.     Navegación de Ceñida
2.1.      Trimado de la mayor
2.2.      Trimado del génova
2.3.      La virada
3.     Navegación en Rumbos portantes
3.1.      El Genaker


1. Izado de la Mayor y del Génova

1.1 Un repaso básico de la vela y sus cabos

La siguiente figura representa los elementos básicos de cualquier vela.



Figura 1. Partes de una vela


El grátil es la parte de la vela que está más a proa mientras que la baluma es la parte de la vela más a popa.

Para trimar (ajustar) la vela habrá que cazar (tensar) o amollar (soltar) los cabos que se hacen firmes a los puños (o extremos). Una driza es un cabo que sirve para izar una vela. Las escotas son los cabos que se hacen firmes a los puños de escota y sirven para orientar las velas con respecto al viento. El pajarín es un cabo con un extremo enganchado al puño de escota y que sirve para ajustar el pujamen en sentido horizontal, paralelo a la botavara (en el caso de una vela mayor). Existen otros cabos relacionados con las velas como el amantillo o el cuningam que veremos más adelante.

1.2  Consideraciones iniciales antes de desplegar las velas


Al salir de la bocana del puerto, el patrón, teniendo claro el destino (fondeadero o puerto) y por tanto el rumbo, tendrá que pensar la maniobra de la vela. Si tenemos la desgracia de que no sopla suficiente viento habrá que prescindir de la vela y hacer el viaje a motor, con el consiguiente ruido, contaminación y consumo de carburante. El concepto de suficiente viento dependerá del barco, pero por norma general en un crucero de charter típico de 40 pies podemos considerar que a partir de 10 nudos [1] merece la pena hacerse a la vela. Si sopla menos, apenas navegaremos al no ser que vayamos en un barco más ligero o en un crucero-regata. El viento ideal para la navegación de recreo es por tanto entre 10 y 25 nudos (fuerza 3-5). Más de 25 nudos (fuerza >=6) resulta peligroso y es mejor no salir a navegar.

De todos modos, aún cuando vayamos a navegar a motor es conveniente desplegar la mayor porque da estabilidad al barco y dependiendo del rumbo incluso puede contribuir al movimiento. En conclusión, la mayor se iza siempre, al no ser que el trayecto programado sea tan corto que no merezca la pena el posible esfuerzo.

1.3  La vela mayor


Descripción del aparejo

En los cruceros modernos nos podemos encontrar dos tipos de aparejos de vela mayor, la tradicional y la enrollable.

La vela tradicional tiene sables, que son piezas rígidas que atraviesan la vela horizontalmente a distintas alturas del trapo, dándole forma. Los sables son forzados (“full baton”) si llegan hasta el palo, o simples, si no llegan hasta el palo. Las mayores de sables forzados son más exigentes en navegación. En el aparejo tradicional, cuando la vela no está desplegada, reposa plegada sobre la botavara.

Por otro lado, está la más moderna vela tipo “enrollable”, que reposa enrollada dentro del mástil. Es en general considerada más fácil de manejar, principalmente porque no hay que hacer rizos, y está muy extendida entre los barcos de charter (alquiler), aunque presenta desventajas en la navegación frente a la primera [2].

Lo primero de todo, algo que tenemos que tener claro antes de zarpar, es identificar bien el aparejo de la mayor, es decir, cuales son la driza, la escota, la contra, el pajarín, el enrollador, etc. La figura 2 muestra un esquema de un aparejo genérico de una vela mayor. Ya he comentado lo que es una driza, una escota y el pajarín. Como novedad en el dibujo aparecen el amantillo, la contra y el backstay.

Figura 2. Aparejo de la Mayor


El amantillo es un cabo que sirve para sujetar la botavara (o un tangón en general). Su función es mantener la botavara suspendida horizontalmente cuando la mayor no está izada. La contra puede ser un cabo con aparejo de poleas o una barra rígida, y es usada para dar tensión a la botavara en sentido vertical hacia abajo. Por último, el backstay, no siempre presente, está formado por un cable que va desde el tope del palo hasta el espejo de popa y tiene como función dar tensión trasera al palo mayor.


Figura 3. Aparejo de mayor enrollable (la vela está enrollada dentro del palo)


Los cabos descritos suelen pasar por el piano, que es un mecanismo en cubierta por donde pasan la mayoría de los cabos de trimado y que tiene para cada uno de ellos un sistema de freno llamado “stopper”. Si se cierra el stopper el cabo no puede soltarse, aunque sí se podrá cazar más. La escota de la mayor merece especial atención porque irá sobre un carro y un juego de poleas con varios ajustes.

Figura 4. Stopper y Winch


Se pueden considerar parte del aparejo del barco los winches, que son unos cabestrantes metálicos instalados sobre la cubierta y que sirven para tensar cabos.

Consideraciones previas a la maniobra

Las velas siempre se desplegan de popa a proa. Por tanto primero se desplega la vela mayor y ya después se sacará el génova. [3]

A partir de este punto y durante el resto de estas notas se describen operaciones relacionadas con el manejo de cabos en el barco. Todos los pasos que se cometan tienen en común la siguiente medida de seguridad: Cuando se va a trabajar con un cabo, antes de abrir el stopper de su aparejo, es muy importante darle al menos una vuelta por un winch y sujetarlo firmemente, ya que en algunos casos el cabo puede estar en tensión y se nos puede escapar de las manos, bien quemándonoslas o bien provocando algún otro efecto indeseado. Igualmente básico e importante es conocer el manejo del winch. Los cabos se enrollan por el winch siguiendo el sentido de las agujas del reloj. (En el otro sentido no funciona). Siempre que se enrolla un cabo por el winch hay que darle al menos tres vueltas para poder cazarlo o soltarlo durante la navegación. Esto no es un convenio sino una necesidad, ya que incluso con poco viento el cabo puede tirar con bastante fuerza y para cazar o soltar un poco va a ser imprescindible aplicar la máxima fuerza sobre el cabo. [4] En cualquier caso es conveniente llevar los guantes de protección cuando se vaya a trabajar con cabos.

Otro comentario importante es que no hay que apagar el motor durante la operación de izado de mayor. Habrá que poner una marcha adelante mínima. Primeramente, esto es necesario para poder maniobrar el barco fijando un rumbo con la proa hacia el viento. Segundo, en caso de que surja un problema, es conveniente tener el motor en marcha.

Por fin, izado de la vela mayor

Se incluyen, en forma de epígrafes, los pasos que hay que tener en cuenta, en el orden indicado:

1) Cazar el amantillo

En algunos barcos [5], el cabo de amantillo, que sostiene la botavara, hace a la vez la función de driza y, antes de zarpar, habrá que soltarlo del extremo de la botavara para pincharlo en el puño de driza, quedando ésta caída sobre la cubierta durante el tiempo que la mayor permanece arriada. En este caso el paso de este epígrafe no es aplicable ya que podemos considerar que ahora el amantillo es la driza y a todos los efectos es como si no tuviésemos ya amantillo.

Pero en muchos barcos, a parte de la driza, hay también un amantillo, como es el caso en todos los de mayor enrollable. Antes de izar la mayor conviene cazar el amantillo hasta dejar la botavara bien firme en el sentido vertical, liberando de este modo la tensión sobre la vela, en concreto sobre la baluma. De este modo se podrá izar la vela con un menor esfuerzo.

2) Comprobar situación de los cabos del aparejo

Los cabos relacionados con la mayor, escota, contra, pajarín y backstay no han de ir muy cazados, para facilitar el izado de la vela. Pero es conveniente dejar algo cazada la escota para que la botavara no se vaya hacia los lados haciendo que la vela empiece a portar viento con facilidad.

3) Rumbo de proa (“aproarse”)

El paso más importante es poner la proa mirando exactamente a barlovento para evitar que los primeros pliegues de la mayor que asoman se pongan a portar haciendo una presión sobre la vela que imposibilite el que se siga izando. Una vez que, con la ayuda del motor, el patrón ha puesto el rumbo exacto hacia el viento se puede empezar la maniobra de izado. Es imprescindible que el timonel mantenga el rumbo al viento durante toda el tiempo que se sube la vela. En definitiva, lo importante es que la vela flamee mientras se iza. Si no se consigue aproar el barco del todo y la vela coge viento, una opción es largar un poco de escota de mayor para provocar que la mayor flamee.

4) Izar la vela

4a) Sistema tradicional (con driza)

A la orden del patrón un tripulante empezará a tirar de la driza. En barcos con gran vela es útil o necesario que otra persona se sitúe frente al palo y ayude a izar tirando de la driza hacia abajo, usando el peso del cuerpo.

Una vez que la mayor ha subido casi hasta el tope del palo y que la fuerza que ejerce la driza es tal que los marineros no pueden seguir tirando habrá que hacer uso del winch, enrollando sobre éste el cabo, con al menos tres vueltas, y continuando el izado hasta el tope del palo con ayuda de la  maneta. Recordar que el engranaje de ésta tiene dos sentidos de giro y ambos contribuyen al mismo giro del winch, tensando el cabo, aunque cada sentido tiene una relación distinta de esfuerzo a grados de giro (como un embrague). En caso de haberlo, es fundamental no olvidar cerrar el stopper una vez que hemos terminado de usar la driza. También suele ser conveniente amarrar el cabo en alguna cornamusa (por si falla el stopper).

Para tener una idea aproximada de hasta cuando hemos de izar la mayor, uno se puede fijar en la “arruga” que se forma en la parte inferior de la vela, sobre todo en la zona del grátil. Cuando sale la “arruga” debemos dejar la izar. Más adelante cuando tomemos un rumbo y la vela porte, la arruga desaparece.

4b) Mayor con enrollador

En este caso la mayor no se iza sino que se “desenrolla”. (En realidad la vela mayor ya está izada y enrollada dentro del palo.) Tenemos adicionalmente un cabo que es el enrollador de mayor. El pajarín juega un papel fundamental en este tipo de aparejo. Para desplegar la mayor habrá que dejar suelto y libre de todo obstáculo el enrollador (- no olvidar, por ejemplo, abrir su stopper-) y tirar con fuerza del pajarín que sacará la vela progresivamente.

Las mayores con enrollador también tienen una driza que sirve para subir y bajar la vela y aunque no se usa durante la navegación es importante conocer su existencia. Puede servir para el trimado de la mayor o para bajarla en caso de emergencia.

5) Amollar amantillo y cazar escota

Una vez que la mayor está desplegada, es ésta la que debe sujetar la botavara y es el momento de soltar el amantillo para que así sea y que de paso se tense la baluma. El resultado final tiene que ser que el amantillo no trabaja. Por último, lo más frecuente es cazar algunos o todos los extremos de la vela, pudiendo tensar la escota, la contra y el pajarín. El balumero es un cabito que tienen algunas velas en el extremo de la baluma y que se puede tensar para afirmarla. El backstay también es un elemento a tener en cuenta una vez que la mayor está izada.

La medida en que se cazan todos estos cabos depende sobre todo del rumbo que vayamos a tomar. Para la ceñida habrá que cazar a tope todos los cabos pero para un través o un largo la escota irá mucho más abierta por ejemplo. Todo esto se repasa al hablar de los rumbos y del trimado de las velas.



Recoger la mayor

Antes de recoger la mayor, es necesario poner el marcha en motor, si no lo está ya. No queremos perder el gobierno de la embarcación una vez hemos plegado la útlima vela.

Hay que aproarse, soltar la driza y varias personas, a distintas alturas de la botavara, van recogiendo la vela y plegándola. Hay que ir llevando la vela hacia atrás a medida que se va plegando. En la mayoría de los barcos suele ser útil cerrar la escotilla de entrada a la cabina, para ampliar el espacio debajo de la botavara pero también para no caerse por la escotilla si se da un mal paso. Al final, no olvidar tensar el amantillo y la escota para que la botavara permanezca afirmada y quieta.


1.4  El génova

Aparejo

Existen distintos tipos de génova según el tamaño. El génova 1 es el más grande y apropiado para vientos flojos o moderados. Si se prevé vientos de fuerza 4 o superior es preferible poner un génova menor, como puede ser uno de categoría 3.[6]

Normalmente nos encontramos el barco con el génova izado y enrollado, pero es conveniente conocer el mecanismo de su aparejo por si hay que cambiar la vela ya sea en puerto o durante la navegación.

El stay de proa tendrá normalmente enganchada una guía o perfil con un rail donde se  “relinga" [7] el génova. Además, el mecanismo para enrollar la vela alrededor del stay está formado por dos tambores giratorios. 




Fig 5. Enrollador de Génova



El cabo del enrollador pasará dando vueltas alrededor del tambor inferior, que reposa sobre la cubierta a proa. Cuando se monta el génova en el aparejo, la driza se engancha al tambor giratorio superior y éste a su vez se une al puño de driza de la vela, de modo que al cazar la driza, sube el conjunto de tambor pequeño (giratorio) y vela. Gracias a esto, al cazar o soltar el cabo del enrollador, darán vueltas los tambores y la vela, pero no la driza.

Puede dar el caso de que un génova no sea enrollable, típicamente si es una vela menor, y entonces se prescinde del mecanismo del enrollador. La driza del génova se engancha en este caso directamente sobre el puño de driza y la vela se iza normalmente (relingada sobre el stay, al igual que en el caso anterior). Durante el tiempo que la vela no esté izada, reposará sobre la cubierta y es conveniente mantenerla sujeta a ésta mediante algún mecanismo, con un cabo o una goma, etc.

Desplegar el génova

Cuando el génova va enrollado alrededor del stay de la proa (que es en la mayoría de los casos), la maniobra consiste en desenrollar la vela tirando de la escota del lado de sotavento. Los pasos a seguir son los siguientes:

1) Ajustar el carro de la escota

Se ajustará primero el carro del costado de sotavento. El carro conduce una polea por la que pasa la escota. Va sobre un rail y existirá un mecanismo para desplazarlo más a proa o a popa. Básicamente, para rumbo de ceñida, el carro se lleva más a popa y para rumbos portantes el carro se sitúa más a proa. Más adelante se habla en detalle del carro en relación con el trimado del génova.



2) Aclarar enrollador y escota opuesta

Estos cabos han de ir libres para no impedir el avance de la vela mientras se desenrolla. Habrá que quitar las adujas, soltar los cabos del winch, abrir stoppers y asegurar que no haya nada que pueda obstaculizarlos.

NOTA IMPORTANTE DE SEGURIDAD:

Es importante amollar el cabo del enrollador de manera controlada, ya que en una fuerte racha podría correr rápido y provocar algún accidente (“el génova es un caballo loco”). Para ello lo que se hace es dar una vuelta al cabo por una cornamusa y una persona va amollando mientras la vela sale.

3) Sacar la vela cazando la escota de sotavento

El barco no ha de ir aproado sino tener al menos una ligera inclinación con respecto al viento, de manera que la vela empiece a portar a medida que va saliendo, lo cual ayudará a la maniobra (al contrario que pasaba con la mayor).

Antes de empezar a tirar de la escota de sotavento, se le da al menos tres vueltas alrededor del winch. A la orden del patrón se tira de la escota de sotavento a la vez que se amolla el cabo del enrollador.

Una vez desplegada la vela, para el ajuste final, se muerde la escota en el winch y se continua el esfuerzo de cazar con la maneta, hasta que la vela está totalmente desplegada y trimada según el rumbo. En ceñida, al máximo, en un través más abierta, etc.

Recoger el génova

Simplemente dejar ambas escotas libres de obstáculo y cazar el enrollador. Se debe hacer de manera que la vela se enrolle correctamente, sin pliegues ni líos. Para ello es conveniente que la vela porte un poco de viento, es decir no aproarse del todo, y es de ayuda mantener algo tensa la escota de sotavento mientras es enrollada

2.    Navegación de Ceñida


2.1. Trimado de la mayor


En este rumbo necesitamos llevar la vela mayor (así como el génova) cazada con la escota “a tope”.

El carro de escota se fija “casi” en el centro del barco, dando una ligera inclinación de la botavara hacia sotavento. La contra ha de ir un poco cazada tensando de esta manera la baluma y llevando la botavara un poco hacia abajo. También el pajarín ha de cazarse al máximo (tensión de pujámen) y por último el backstay, que inclina el palo mayor hacia atrás, ha de ir bien cazado. El hecho de cazar la contra y el backstay suponen desplazar el centro vélico del barco más a popa y esto permite que se pueda orzar más.

Dependiendo de la intensidad del viento y de las olas conviene ajustar la “bolsa” de la vela. Esto se hará mayoritariamente con el ajuste del pajarín.Con vientos más flojos o mucha ola conviene dar más bolsa a la vela, para dar más potencia al barco, luego habrá que llevar el pajarín más suelto. Por el contrario si sopla viento fuerte, llevaremos el pajarín más cazado, trimando de este modo la vela con menor bolsa (o más plana).

Durante la navegación, habrá que observar además la zona del grátil. Si se perciben ligeras arrugas a la altura de los raíles del palo, quiere decir que la vela no está suficientemente izada. Tenemos varias opciones para izarla, bien manteniendo el rumbo de ceñida pero abriendo la escota para que la vela pierda presión mientras alguien caza la driza, o bien aprovechando una virada para cazar driza durante la maniobra. Esta última opción es más adecuada si estamos haciendo bordos de ceñida en una regata. Al contrario, si al observar la vela se aprecia que la mayor tiene una arruga que sale desde la botavara hacia arriba, quiere decir que va demasiado cazada y habrá que soltar un poco de driza. Hay que soltar muy poco de driza, sólamente liberar con cuidado el cabo de la mordaza del winch y dejar que deslice unos centímetros manteniendo siempre la tensión.

En algún barco puede existir un cabo delgado saliendo del extremo de la baluma, llamado balumero. Éste habrá de ir cazado también durante la navegación de ceñida.

2.2. Trimado del génova


En ceñida tiene que ir cazado al máximo, luego hay que tensar la escota hasta que prácticamente no se pueda más (con el winch). Al menos, el faldón de la vela (pujamen) ha de caer dentro de la línea del costado del barco, normalmente por dentro del pasamanos. Además, la vela estará a punto de tocar las crucetas, los obenques y stays laterales.

El carro de escota ha de ir más a popa que en otros rumbos. Para ajustarlo nos fijaremos en la apertura de la baluma y del pujamen. Si la baluma va muy abierta y la escota sale del puño casi paralela al pujamen quiere decir que el carro está demasiado retrasado, y al contrario si vemos la baluma cerrada y el pujamen más abierto habrá que mover el carro más hacia popa. Básicamente, cuando la vela se caza, la baluma y el pujamen han de “cerrar” a la vez. El ajuste fino del carro se hace mirando las tres filas de lanitas del génova. Si las lanas de la parte inferior de la vela van paralelas pero las de arriba flamean, entonces hay que adelantar el carro. El carro va fino cuando las tres filas de lanas hacen lo mismo, es decir, las tres paralelas, o las tres suben o bajan.

Al ajustar el carro, puede dar el caso de que la escota se vea obstruida por algún obenque o stay lateral y puede ser necesario o conveniente cambiar el puño de escota de manera que pase por detrás, por delante o por en medio de algunos obenques.

Durante la navegación, lo más frecuente es que queramos subir a barlovento orzando el máximo que nos permita el viento. Con las velas a tope, el timonel tiene que fijarse en las lanitas del génova. Si las lanitas de barlovento y sotavento van flácidas (caídas) quieren decir que se debe orzar más. Cuando las lanitas portan viento y van paralelas entonces estamos en la posición correcta. Inlcuso todavía podremos orzar un poquito más, hasta que las lanitas de barlovento empiecen a subir, siendo éste el límite de la ceñida. Las lanitas nos dicen que ya no se puede orzar más, pero tampoco se debe arribar. [8]

Por último, ya a niveles de trimado aún más finos, algunos génovas llevan una línea o marca horizontal a mitad de la vela, que ayuda a ver a que altura del trapo se forma la bolsa de viento. En ceñida a tope, la bolsa de la vela se curva más o menos al 50%. Para conseguir incrementar estabilidad y ganar en velocidad, puede interesar desplazar la vela, y por tanto su bolsa, más a proa. En esta situación el barco puede ceñir menos, pero puede ser rentable al ganar en velocidad y estabilidad. Se consigue desplazar el génova más a proa izándolo ligeramente. Esto se hará dando un par de vueltas a la driza con el winch hasta que la nueva curvatura este al 30%.

Siempre y cuando sigamos en rumbos de ceñida y hasta el través, las lanitas nos sirven como guía para saber si debemos orzar o arribar, o cazar o amollar velas según el rumbo que queremos fijar. Como acabamos de ver, si vamos a tope de ceñida, las velas permanecen cazadas a tope y sólo arribamos si la lanita de barlovento sube demasiado y orzamos si las lanitas de barlo y sota se caen. Contrariamente, si queremos ir a un rumbo determinado, dejaremos fija la caña (o el timón) y en su lugar trimaremos las velas para “satisfacer” a las lanitas. Si la lanita de barlovento se va hacia arriba o el grátil está a punto de flamear, hay que cazar más la vela y si las lanitas se caen debemos amollar velas. En general se debe navegar con las velas portando el máximo viento y a punto de flamear.

2.3. La virada

  • Avisar a la tripu, preparar nueva escota (de barlo en ese momento)
  • Tomar una referencia a mas o menos 90 grados hacia donde se vira, para no perder la orientación
  • Orzar a tope. Sólo cuando el génova empieza a flamear liberar escota de sota y cazar la opuesta rápidamente.


3.    Navegación en Rumbos portantes


 Los rumbos portantes son los de un largo y de popa. Lo más importante de estos rumbos es relativo a la seguridad. Por una ola, o por despiste del timonel, la mayor puede trasluchar sola y la botavara, en su brusco cambio de banda, puede golpear violentamente a la tripulación desprevenida. Durante la navegación en rumbos portantes, es de vital importancia que las tripulantes mantengan en todo momento las cabezas por debajo de la altura de la botavara y que el timonel no pierda en ningún momento la concentración para evitar “trasluchar sin querer”. Otros efectos de esta trasluchada inesperada pueden ser daños serios en el barco, una fuerte escorada repentina, etc.

Como medida adicional de seguridad, en popa redonda es buena idea sujetar con un cabo  la botavara que evite la trasluchada involuntaria. Este cabo se llama retenida y el detalle de como hacer esto esta mi post de septiembre 2011.

http://nauticakike.blogspot.com.es/2011/09/la-empopada.html


Lo más interesante sobre los rumbos portantes es el manejo del genaker y el spinnaker que se presentan en los siguientes apartados.

3.1. El Genaker


Aparejo

También llamada (spi) asimétrico. Por su tamaño y composición es como un spi (vela redonda y de gran superficie) pero el aparejo es más parecido al del génova. Consta de un puño de driza, de escota y de amura y también tiene una arista de la vela que es el grátil, etc.

Lo primero antes de izarlo, será preparar la maniobra. El aparejo se compone de la vela dentro de una bolsa, dos escotas, una driza en el palo mayor, el cabo de amura y por último las poleas por las que pasaremos los cabos.

Las escotas tendrán un grillete enganchado a uno de los chicotes. Se pondrá una escota en cada banda. El extremo del cabo que no tiene el grillete se queda en popa y pasa por una polea que estará fijada en algún punto del costado de popa. Desde la polea, el cabo ira a algún winch y se enrollará alrededor de éste [9]. No se deberá hacer nudos (ochos) de tope en las chicotes de las escotas en popa (cómo se hace con las del génova). De este modo, en caso de problemas con el genaker se podrán liberar las escotas del todo. El resto de la escota se lleva a proa, pasándola siempre por fuera de los candeleros y de los obenques. El grillete del cabo se engancha de momento en algún pasamanos en proa. Estos grilletes suelen tener una anilla o un cabito a modo de “disparador” que sirven para que éstos se abran de manera rápida y fácil.

En la proa, hay que fijar una polea y pasar por ella un cabo que se unirá al puño de amura de la vela. El chicote de este cabo en proa tendrá que tener también unido un grillete o una gaza. En lugar de la polea a proa, también es posible aprovechar la roldana libre del ancla para pasar el cabo del puño de amura. El extremo opuesto del cabo se puede fijar a alguna cornamusa en proa, pero otra opción, si el cabo es largo, es llevarlo a los winches de la bañera, permitiéndonos así regular la distancia entre el puño de amura y la proa una vez hayamos izado la vela.

Una vez decidido cual será el lado de sotavento, se engancha la bolsa con la vela en la amura de sotavento, en cualquier posición que esté más a proa que los obenques. Si la vela está bien recogida dentro de la bolsa, los tres puños de la vela han de estar a mano y casi fuera de la bolsa. Es necesario identificar cual de los puños es el de driza y cual el de amura y escota respectivamente.

Ya tenemos el aparejo listo y sólo resta enganchar los cabos de driza y de amura a los puños correspondientes. Las dos escotas se enganchan al puño de escota. Es muy importante que la driza, el cabo de amura y las escotas pasen por fuera del génova (más a sotavento), si no hacemos esto, se liarán los cabos cuando enrollemos éste último.

Izado y trimado

El genaker se iza a sotavento del génova, lo que hace que la primera vela suba desventada. De otro modo la vela empezaría a portar demasiado viento haciendo mucho más difícil el izado. Para que la vela salga bien de la bolsa conviene que una persona se coloque junto a la bolsa y ayude a la vela a salir de ésta y sin líos, etc. Otra persona tirará muy rápido de la driza, siendo mejor hacerlo desde el palo. Enseguida habrá que cazar la escota de sotavento y por otro lado enrollar el génova.

Durante el tiempo que permanece izada la vela, es necesario que una persona esté constantemente trimando la vela con la ayuda de la escota. Para ello, ésta persona se tiene que ir con la escota a barlovento porque sólo desde ahí puede observar lo que hace el grátil del genaker. La idea es dejar la vela lo más abierta posible hasta que el grátil se empiece a caer hacia dentro (se dice que hace “oreja”). Se abre pues la escota lo más posible y cuando la vela hace “oreja”, se caza un poco. Como la vela hace mucha presión, es conveniente (o necesario) dar varias vueltas a la escota alrededor de uno o varios winches para poder cazarla.

Cuando vamos de través, el genaker irá en general más cazado. Si tomamos un rumbo de largo o popa la vela habrá de ir más abierta. (En este sentido es como un génova.). El genaker no es adecuado para ir de popa redonda y exige rumbos de largo. Si arribamos demasiado la vela pierde presión y entonces el patrón debe de orzar. Pero si lo que queremos es ganar sotavento, entonces el patrón debe de estar atento y aprovechar para arribar si la vela coge presión.

Una opción es navegar con las “orejas de burro”, que supone trasluchar la mayor pero no el genaker. El patrón ha de mantener un rumbo estable de modo que las velas aguanten en su lado. Si la mayor tiende a caerse hay que orzar pero si es el genaker el que se deshincha habrá que arribar un poco. Esto es lo mismo que decir, como “truco” de ayuda, que hay que llevar la caña hacia la vela que se cae (siempre y cuando estemos sentados a barlovento).

Por último, la trasluchada con el genaker implica cierto riesgo de que la vela se líe con el enrollador de génova y habrá que estar muy pendiente de que esto no pase. Es conveniente situar a un tripulante en proa que ayude a pasar los cabos y la vela durante la maniobra.

Recoger la vela

Se toma un rumbo en el que la vela vaya con la menor presión posible. En cuanto se suelta la driza, un tripulante, situado en la entrada de la cabina, va recogiendo escota y trapo, tirando todo el conjunto rápidamente dentro de la cabina. A la vez, otra persona va amollando gradualmente la driza, normalmente desde el palo. Conviene no soltar la driza de un golpe para evitar que la vela se caiga al agua. Una opción si no hace mucho viento, y no hay peligro de que la vela salga volando, es la de empezar la maniobra disparando el puño de amura (abrir el grillete en el extremo de la vela) y recoger rápido escota y vela.

Un paso final es guardar la vela dentro de la bolsa. Al no ser que la vela vuelva a ser requerida en otro bordo posterior, esta operación se puede postergar al final del día, pero es muy importante hacerlo correctamente en cualquier caso. Nos encontraremos la vela hecha un churro sobre el suelo de la cabina. Se debe almacenar el genaker dentro de la bolsa, de modo que la vela no esté revirada y tenga los tres puños visibles y casi fuera de ésta. Para ello, se toma primero en la mano el puño de driza y se recorre con la otra mano (o con ayuda de otra persona) un lado de la vela, plegándola, hasta llegar al otro puño. Se hace lo mismo con el otro lado de la vela y se pliegan los tres puños juntos. La panza que queda del genaker se va metiendo en el fondo de la bolsa hasta que el pliegue con los tres puños juntos estén en la parte de arriba.







Fin de este POST sobre el gobierno de la embarcación a Vela.Apreciaré cualquier comentario de mejora o sugerencia que tengáis.

Saludos,

Kike




[Nota 1] Un nudo equivale a una milla náutica por hora y una milla náutica es igual a 1,852 Km. Como vemos aquí, se aplica para indicar la velocidad del viento aunque también se usa para referirse a la velocidad del barco. No tiene sentido traducir de nudos a km/h en la navegación porque las distancias en el mar se miden en millas. Por ejemplo de Denia a Ibiza San Antonio hay unas 60 millas náuticas. Si navegamos a una velocidad media de 10 nudos, tardaremos unas 6 horas en hacer la travesía.

[Nota 2] Primero, el sistema del enrollador dentro del palo mayor tiene un peso considerable y frena el barco. Segundo, el mecanismo es susceptible de romperse fácilmente y si, por ejemplo, el enrollador se atasca en una situación de bastante viento, impidiendo recoger vela, nos puede poner en un apuro muy grave. Por último, las velas de mayor enrollables no tensan bien, hacen demasiada bolsa y no son por tanto muy adecuadas para la navegación de ceñida. Aún así es muy probable que el barco de charter tenga este tipo de vela y hay que conocerla bien.

[Nota 3] Si tenemos la suerte de viajar en un barco clásico con palo de mesana e incluso trinquete, será la vela de mesana la que se saca primero por estar más a popa y la trinqueta se sacará después de la mayor y antes que el (o los) foque(s) ¡!

[Nota 4] Frecuentemente se comete el error de dejar un cabo trabajando con sólo una o dos vueltas sobre el winch. Es imprescindible subsanar el error enseguida aproando el barco para reducir la presión del viento sobre la vela en cuestión y enrollando entonces el cabo con al menos las 3 vueltas.

[Nota 5] Por ejemplo, Bavaria First 35 o mismamente el Club 20.

[Nota 6] Siguiendo con el orden en tamaño descendiente, una vela menor ya se considera un foque y por último, a la vela más pequeña de todas se le asigna el nombre de tormentín.

[Nota 7] La relinga es la parte gruesa delantera de la vela, en el extremo del grátil. Relingar la vela es en este caso pasar la relinga por el mástil o la guía del stay durante el tiempo que se iza.

[Nota 8] No obstante, es posible que pueda interesar sacrificar un poco de ángulo respecto al viento a cambio de conseguir más velocidad, menos escora, y diversos factores que un patrón experto puede decidir.

[Nota 9] Ojo aquí, que al estar el winch más a proa que la polea, éste es un caso atípico en el cual un cabo llega al winch de popa a proa, y es necesario entonces prestar atención de enrollarlo en el sentido correcto de las agujas del reloj. Generalmente el cabo llega desde proa y se sitúa por la derecha del winch pero en este caso el cabo tendrá que entrar por la izquierda del winch!!